Vari Caramés impartirá una ponencia el sábado 10 de junio por la tarde en la que repasará toda su trayectoria durante las últimas cuatro décadas.
Además, revisará los trabajos de los asistentes al simposio que deseen conocer su opinión sobre los proyectos que tengan entre manos.
El fotógrafo gallego Vari Caramés (Ferrol, 1953), uno de los artífices más singulares de la fotografía española contemporánea, que en 2001 inició el proyecto fotográfico de la Fundación Catedral Santa María para registrar con mirada artística el proceso de restauración de la catedral vieja de Vitoria, regresa a Gasteiz dos décadas después para participar en el ‘Jardín Remoto Experience. El I Simposio Nacional de Fotografía de Autor’.
Este congreso de fotografía tendrá lugar en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz del viernes 9 al domingo 11 de junio de 2023, siendo el sábado día 10 de junio el día en que Vari Caramés impartirá su ponencia sobre sus trabajos fotográficos color ‘Nadar’, ‘Tránsito’, ‘Color’, ‘Escenarios’, ‘Miraxes’, ‘Recreo’, ‘Pasatiempo’ y ‘Lugares’ y su anterior obra en blanco y negro realizada hasta el año 2000 en la que destacan, retratos, bodegones, paisajes y foto de calle.
El domingo, Caramés revisará los portfolios de aquellos asistentes al congreso que deseen profundizar y avanzar en sus proyectos artísticos o personales.
Referente de la fotografía en España desde los años 80 del siglo XX, Vari Caramés representa el lirismo de lo cotidiano. Fotógrafo autodidacta y defensor de una mirada propia, en sus fotografías muestra la importancia de lo cotidiano, la búsqueda de la atemporalidad, el despertar de las emociones o el encuentro con lo sorprendente.
Las de Vari Caramés son fotografías emocionales y cercanas que capturan la sencillez de los acontecimientos a través de veladas y sutiles referencias.
Su obra ha sido expuesta en la Fundación Luis Seoane de A Coruña o en PHotoEspaña y se conserva en instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Centro Galego de Arte Contemporànea, la Fundación Fotocolectania o el Institut Valencià d¡Art Modern.
Vari Caramés es un amante de lo intemporal y de lo indefinido al que no le interesan las modas y las tendencias que logra efectos de los defectos.
El año pasado expuso su magnífica obra en la Sala Canal de Isabel II de Madrid, cosechando un éxito absoluto. La exposición, denominada ‘Algo, nada, siempre’
Acompañan a Vari Caramés en esta cita inmersiva fotográfica otros de los fotógrafos más destacados del panorama Nacional: María Azkarate (Álava), Ainhoa Resano (Bizcaia), Laura Silleras (Valencia), Irene Zottola (Madrid), Tono Arias (Pontevedra), Pascual Arnal (Castellón), Eduardo Nave (Valencia) y David Jiménez (Madrid).
Vari Caramés regresa a Vitoria-Gasteiz dos décadas después de publicar el fotolibro ‘En la catedral’, que fue el primero de una serie de cuatro fotolibros, que siguieron José Manuel Navia, Alberto Schommer y Xabi Otero para reflejar en imágenes su visión sobre el templo vitoriano que durante años está siendo rehabilitado. Estos libros vuelven a salir a la venta en Jardín Remoto Experience para financiar una beca formativa.
En una entrevista concedida a La Tercera de FotoKalea, el programa de entrevistas fotográficas dirigido por Gustavo Bravo, recuerda con entrañable nostalgia este trabajo realizado en Vitoria-Gasteiz.
«Yo tuve la suerte de iniciar esta pequeña serie que siguieron Navia y Schommer. Lo veo con entrañable nostalgia. El tiempo ha ennoblecido el libro. Estoy contento y feliz. Funciona muy bien y es muy actual, es atemporal, no tiene un tiempo fijo. A mí el presente no me interesa, ni la actualidad. Me interesa que mis mundos estén en un espacio imaginario en un lugar donde sea lo que no es, en un sitio inconcreto, ambiguo, indeterminado, que uno lo pueda manejar, un tiempo de ensoñación. Este libro fue un encargo que yo me tomé con gran cariño, nunca me condicionaron nada. Aprendí mucho. Vi muchas cosas nuevas. Al adentrarme en la catedral vi capas y capas de geología, arquitectura… Fotografié lo que me sorprendía, no como si fuera un arquitecto que no soy. Fui con mucha calma, fui a Vitoria en dos o tres ocasiones. En el libro hay una mezcla de fotos en blanco y negro y color y no hay mucha diferencia. Tengo ganas de volver a ver la Catedral como el asesino que vuelve a la escena del crimen».
En este libro sobre la catedral, Vari Caramés intercala foto en blanco y negro con fotos en color. Algo que hace sólo desde el año 2000. Vari fotografió en blanco y negro durante 32 años: de los 15 a los 47 años. En el año 2000, a los 47 años de edad, cansado de etiquetas, empezó a fotografiar en color:
«Hice el cambio aproximadamente en el año 2000. Fue terapéutico y necesario. Me cansó que me clasificaran de fotógrafo de realismo mágico, de documentalismo onírico… Me gusta escaparme de las etiquetas. Di el saltó al color por esa foto del puente, como metáfora. Ahí estaba la sustancia y el dilema. Tenía que transitar y cruzar ese puente. Quería trasladar mis mundos en blanco y negro al color. Me he sentido mucho más ligero de equipaje, tranquilo y mucho más feliz. Me ha sentado muy bien. Fue como hacerme otro traje que me hacía falta y cambié de look interior. Yo necesitaba contar mis historias también con el color. Como tengo una gran fijación con la pintura, me condiciona. También me condiciona el cine. A mí no me importa que me digan que mi foto parece una pintura. ¿Qué más da? Es una imagen plástica que tú has tenido la suerte de conseguir con la herramienta fotográfica. Es una cuestión de tiempo, de capas, de errores, de situaciones, de probar, de volver a insistir, de ir viendo cómo funcionan las cosas… Es una Filosofía que uno se va trabajando poco a poco. El color es muy apetecible. No se trata de atrapar el momento decisivo sino de inventar un tema y argumentarlo bajo una nueva perspectiva».
Además de su fotografía química, otra gran seña de identidad de Vari Caramés es el halo de su fotografía, sus imágenes desenfocadas.
«Yo aprendí antes a bucear que a nadar. Me gusta más ver a través de. Y soy miope. Es mi forma natural de ver. No lo hago propósito pero si sale, que salga. El desenfoque tiene que estar muy bien enfocado. Si no no sale. Los recuerdos siempre son borrosos, desenfocados y ambiguos y están ahí para tocarnos las narices o para sublimarlos».
«Se nota mucho mi influencia de la pintura. Tengo muchos amigos pintores y me siento muy próximo a ellos. Más que a mis amigos fotógrafos». «Hay que beber de mucha fuentes, viajar mucho, leer mucho ver muchas exposiciones de pintura, de arquitectura… Vamos argumentando y trazando nuestro propio mundo».
Estas imágenes «borrosas» que hoy todos admiran pero que en sus comienzos no se comprendían.
«Siempre he hecho lo que me ha dado la gana, sin preocuparme si funcionaba o no. Estoy tranquilo porque le doy muchas vueltas a todo. Llegas a esta tranquilidad me ha costado muchos momentos desagradables y tensiones hasta que considero que la serie está terminada y lista para ser vista».
«En 1989 publiqué mi primer libro ‘Álbum’. Llevaba una década dedicándome a la fotografía con cierto criterio. Fue un libro especial porque tardó años en venderse. No lo compraba nadie. Luego se agotó rápidamente. En este libro hay pinceladas de varias series como ‘Coruña by Night’, que hice inspirado por el libro de Brassai ‘Paris de Nuit’ que me trajo un amigo. Luego se puso de moda este tipo de foto y todo el mundo empezó a preocuparse por ese tipo de foto. Yo nunca me he guiado por modas ni tendencias».
Ajeno a modas y tendencias desde el principio, mientras el resto de sus compañeros fotógrafos buscaban la perfección, él prefería el error y el defecto.
«La perfección nunca me interesó. Mis colegas me lo criticaban. Yo al principio no revelaba mis fotos, las llevaba a revelar a Foto Artús. El dependiente siempre me enseñaba un sobre que se abría y se dividía en dos partes y me decía ‘éstas están bastante bien, pero de éstas otras olvídate’. Yo llegaba a casa y las miraba con muchísima atención. A mí las fotos imperfectas con errores técnicos, de enfoque, de movimientos… Había ahí un mundo que me llamaba la atención. Nunca las tiraba, las guardaba. Al principio quería hacer las fotos bien como todo el mundo y aprender a fotografiar lo mejor posible. Pero aquello quizá quedó en mi ADN, en mi interior, y algún día afloró. En principio nunca pretendí hacer eso a propósito: utilizar los errores como una herramienta o algo así. Pero sí reconozco que le he sacado juego a los errores y que me sigue interesando en cualquier tipo de Arte y en cualquier tipo de expresión artística. Siempre el error es interesante para crear, para generar algo. Del error es de donde sale todo, incluso un gol es un error que se crea por el azar, porque el defensa ha cometido un error y el portero otro».
«Yo deliberadamente no voy a hacer una foto para que quede mal, pero que de repente encuentro que hay algo tan atractivo allí que me apasiona y me quedo con ello y revuelvo a ver qué sale de ahí y a veces sale petróleo o agua», le confiesa en la entrevista a Gustavo Bravo.
«Yo no utilizo los defectos como un arma arrojadiza. A veces en mi hoja de contactos aparece una foto que yo no preveía y que de repente me habla al oído en volumen bajo y alta fidelidad. Me dice estoy aquí, quiéreme. y yo la sigo. Mi intuición me recuerda que esa foto es buena y es interesante. Y a lo mejor esa foto es una cosa inesperada e imprevista para mí. Me encantan esas sorpresas, el azar y dejarme llevar. Soy ‘egoistón’ porque las fotos las hago para mí».
«Nuestros errores son más interesantes que nuestras virtudes. Nuestra personalidad está más llena de defectos que de virtudes».
En 2022 Vari Caramés fue protagonista de una espectacular exposición en el Canal de Isabel II en la primavera de 2022, de la mano de la Comunidad de Madrid. Era una exposición monográfica que se llamó ‘Algo, nada, siempre’. La muestra reunió la mayoría de su producción fotográfica, enfocada a representar el lirismo de lo cotidiano. Esta exposición comisariada por comisariada por Blanca Berlín y Nerea Ubieto pudo verse del 10 de febrero al 24 de abril. En la misma mostró sus retratos, bodegones, paisajes y fotografías de calle y sus series ‘Nadar’, ‘Tránsito’, ‘Color’, ‘Escenarios’, ‘Miraxes’, ‘Recreo’, ‘Pasatiempo’ y ‘Lugares’, su último trabajo.
Porque trabajar en series es otra de las características de la obra de Vari.
«Soy rápido disparando pero muy lento organizando mi vida fotográfica. A pesar de la cantidad de series que he hecho, algunas me ha llevado años hacerlos.
«Hacer series me obliga a crear puzzles en las que todas las pieza que encuentre para ese puzzle tienen que encajar perfectamente y si no lo veo no me lo creo. En esto soy muy exigente y autocrítico. Soy benévolo con el trabajo de los demás pero no con el mío. Esto me obliga a dudar y la duda es más interesante que la certeza. No quiero caer en los tics de construir una imagen como sabemos que funciona. No quiero caer en esas arenas movedizas. Hay que tomarse mucho tiempo para articular un buen proyecto fotográfico. Nunca tiene fecha de caducidad. Lo mismo lo puedes resolver en unos meses que en años».
La exposición de Canal tuvo un éxito arrollador. Más de 15.000 personas disfrutaron su trabajo en un momento vital trascendente para Vari. Acababa de perder a su mujer y esta exposición fue un regalo que llegaba en el momento más necesario.
«Fue una exposición muy dulce y entrañable que llegó en un momento de mi vida muy especial. Tuve un equipazo a mi alrededor. El equipo es muy importante. Sin él no sería nada. El equipo es fundamental reivindicarlo siempre. Blanca Berlín y Nerea Ubieto me revolvieron. El diseñador Antonio Luengo creó la atmósfera que yo quería crear con aquellos paneles a través de los cuales se veía. A mí me interesa más sugerir que evidenciar. Me interesa el ‘ver a través de’ Cumplí un sueño. Siempre quise exponer en este antiguo depósito de agua».
En aquella exposición se pudieron ver muchas fotos de Fotocolectania, del Centro Galego de Arte Contemporánea CEGAC, particulares, de galerías y fotos mías de casa y en la cúpula del edificio se proyectaba su video ‘Nadar’.
«Me encanta el agua, me encanta nadar… El vídeo ‘Nadar’ que se exhibía en la cúpula del depósito es un guiño colofón de la exposición. Nadar es una metáfora del ‘flota y no te hundas’, hay que dar brazadas aunque sea con la imaginación. No nos podemos parar. La magia, lo extraño, lo sugerente, el agua me acompaña siempre».
De hecho la serie ‘Nadar’ es una de sus favoritas. Nadar, junto con el mundo del juego es otro de sus temas favoritos.
«Para mí la fotografía es un juego: un juguete para la imaginación de los demás. En la serie ‘Recreo’ reivindico el niño interior que todos llevamos dentro, es una sublimación».
En todas sus fotografías se palpa la nostalgia.
«La fotografía es un acto de presencia, casi un acta notarial de que estamos vivos. El miedo a la muerte nos hace ser fotógrafos, buscamos momentos de eternidad en esos instantes y en esas fotos. Queremos eternizar las cosas, agarrarnos a la belleza. La realidad nos va mermando y nos aferramos a la fantasía, a la fotografía. El artista está siempre creando un nuevo presente para que haya una complicidad continua y una nueva visión de las cosas. Una manera de combatir la nostalgia».
Y en trabajo en el que se encuentra inmerso actualmente también vive la nostalgia. En la actualidad (2023) Vari Caramés están trabajando en su próximo fotolibro, que editará con Fabulatorio, como le cuenta a Gustavo Bravo. Es un trabajo íntimo y delicado dedicado a Ángeles, quien fue su mujer durante muchos años. Ángeles era una pintora amateur con la que hizo muchas fotos juntos, porque ella le estaba acompañando a la que le quiere hacer un homenaje. Todas las fotos están hechas en Cecebre, donde se inspira la famosa historia del Bosque Animado de Wenceslao Fernández Flórez sobre los latidos ocultos del alma humana en consonancia con la naturaleza. A Ángeles le encantaban los bosques y la naturaleza.
Vari Caramés viene a Jardín Remoto Experience: I Simposio de Fotografía de Autor el 10 de junio de 2023. Su ponencia se emite en streaming para poder ser visualizada de manera online por aquellos que, queriendo escucharle, no han podido acercarse al Palacio de Congresos Europa de manera presencial. La ponencia podrá verse en directo y también en diferido durante los meses siguientes.
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