Sebastião Salgado expone su trabajo fotográfico ‘Amazônia’ en Madrid hasta enero de 2024
- Texto: Sandra Remón
- Foto: Zurich
El fotógrafo Sebastião Salgado muestra del 13 de septiembre de 2023 al 14 de enero de 2024 en el centro cultural de Colón en Madrid Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa su afamada exposición ‘Amazônia’ que llama a afrontar el cambio climático y salvar el planeta. Casi un millón y medio de personas ya han visto esta exposición en la que las fotografías se mezclan con sonidos naturales de la Amazonia. La muestra está diseñada y comisariada por su hija Lélia Wanick Salgado.
Siete años de travesía por el pulmón del planeta
El fotógrafo Sebastião Salgado emprendió durante siete años una travesía fotográfica y humana que le llevó a descubrir los rincones más remotos de la selva amazónica que tiene el poder de dar oxígeno a un planeta entero. Esta exposición, cuyo precio de entrada es de 11,90 euros, y ya ha sido expuesta en París, Aviñón, Roma, Londres, Manchester, Los Ángeles, São Paulo, Río de Janeiro, Milán y Zurich, está compuesta por 200 fotografías en blanco y negro en la que además de paisajes aparecen retratados sus habitantes.
Sebastião Salgado y su defensa del planeta
El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado ha sabido retratar la condición humana y evidenciar las desigualdades del mundo actual con un lenguaje plástico personal, profundo, poético y de alta calidad formal.
Salgado nació en 1944 en Aimorés (Minas Gerais, Brasil), en el seno de una familia de terratenientes. Estudió Economía en la Universidad de São Paulo, donde conoció a su mujer Lélia Wanick. Ella se compró una cámara de fotos y él descubrió que sería su gran pasión. Ambos se mudaron a París y él estudió en la Escuela Nacional de Estadística Económica. Trabajó para la Organización Internacional del Café, gracias a la cual viajó a los países productores, que recorrió con su cámara para poder tomar fotografías personales a la vez que elaboraba los informes para el trabajo.
Gracias a su formación académica y su gran conocimiento de los mercados, el comercio y la industria, elabora potentes proyectos fotográficos en los que desnuda los problemas y señala a los responsables. Firme defensor del planeta, junto con su mujer, además de dedicarse a su labor fotográfica, ha plantado más de dos millones de árboles en los últimos 20 años.
Biografía de Sebastião Salgado
Pese a haber estudiado Economía, Sebastião Salgado (Aymorés, Minas Gerais, Brasil, 1944) se ha dedicado a la fotografía desde los 29 años.
Después de trabajar para las agencias Sygma y Gamma, en 1979 se incorporó a Magnum Photos, donde permaneció hasta 1994, año el que creó, junto con Leila Wanick Salgado, Amazonas Images, una agencia dedicada exclusivamente a su obra.
En 1986 publicó el libro Otras Américas, en el que se reflejan sus numerosos años de trabajo en Latinoamérica, que también se reunieron en una exposición. Las fotografías realizadas durante siete años en zonas de hambruna y sequía de la región africana de Sahel, y en colaboración con la organización francesa Médicos sin Fronteras, han visto la luz en varias exposiciones y en dos libros. Desde 1986, y durante seis años, Salgado dedicó su vida a un gran proyecto: recoger con su cámara imágenes de personas de todo el mundo trabajando; el resultado fue publicado en 1993 en el libro Workers. Desde 1994 a 1999 realizó una investigación fotográfica sobre los movimientos migratorios mundiales. Con esta serie de ensayos, retrató la situación de millones de seres desplazados, que huyen de la guerra, la revolución, la opresión política, o de aquellos que abandonan la pobreza de las zonas rurales y se dirigen a los barrios marginales de las grandes ciudades. Esta obra ha sido publicada en los libros Migraciones y Retratos. En 2004 inició el proyecto Genesis, una serie de retratos de paisajes físicos y humanos repartidos por todo el planeta, con el propósito de documentar los aspectos inmaculados de la naturaleza y de la humanidad y en 2013 se publicó el libro homónimo.
En junio de 2007 se celebró una gran exposición antológica sobre su trabajo en Madrid, dentro de PHotoEspaña. La exposición ha ganado el Premio del Público del Festival.
Miembro honorífico de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias y Comendador de la Orden de Río Branco, es doctor honoris causa por la Universidad de Evora (Portugal), la New School University (Nueva York), el Art Institute of Boston y la Universidad de Nottingham (Reino Unido). Ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos, el Eugene Smith de Fotografía Humanitaria (EE.UU, 1982); el Premio Oskar Barnack (Alemania) en 1985 y 1992; el Rey de España de Periodismo (1988); el Premio Erna y Víctor Hasselblad (Suecia, 1989); el Gran Premio Nacional del Ministerio de Cultura francés (1994), la Medalla de Oro de la Real Sociedad Británica de Fotografía, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1998, el Prêmio Muriqui del Consejo Nacional de Reserva de la Biosfera de Mata Atlântica (Brasil, 2000), el Premios International de la Photographic Society of Japan (Tokyo, 2003) y el Lifetime Achievement Award, de la North American Nature Photography Association (EE.UU., 2010). En 2001 fue nombrado embajador especial de UNICEF.
Exposición 'Gold' en Fuenlabrada
Cuatro años antes de traer a Madrid la exposición ‘Amazônia’, en 2019, Sebastião Salgado expuso ‘Gold’ en Fuenlabrada. Era la primera parada europea de esta muestra sobre la fiebre del oro que hasta la fecha sólo se había expuesto en su Brasil natal.
‘Gold’ retrataba el infierno en la tierra. Las fotos fueron tomadas en los años 80 en la mina a cielo abierto más grande del mundo, Serra Pelada, en Brasil, donde 50.000 brasileños trabajaban en las peores condiciones imaginables desde que en enero de 1979 junto al pueblo Serra Pelada a 430 kilómetros al sur de la desembocadura del río Amazonas un niño encontró una pieza de oro de seis gramos.
El fotógrafo logró poder entrar a fotografiar la mina tras seis años de intentos por retratar esa fiebre que hacía perder la cordura e incluso la vida a cientos de hombres. En sus fotografía muestra un agujero de 200 metros de ancho por 200 metros de profundidad que los mineros ascienden cargando 40 kilos de peso a sus espaldas durante horas.