Ricardo Cases, pura intuición y amor por la fotografía en Jardín Remoto Experience
El fotógrafo Ricardo Cases ha protagonizado la segunda ponencia de Jardín Remoto Experience 2024 este sábado 9 de noviembre en Nanclares de la Oca. En una conferencia de 90 minutos de duración deleitó a los presentes explicando su fórmula fotográfica, sus fuentes de inspiración, la intuición con la que trabaja y su profundo amor por la toma fotográfica.
Ricardo Cases ‘Pura intuición y amor’ por la fotografía
El fotógrafo Ricardo Cases (Alicante, 1971) se dedica, como él mismo explica, a “trabajos documentales”, cuya evolución tiene “mucho” que ver con su “personalidad nerviosa e intranquila”. “Siempre intento hacer algo que no haya hecho”, explica este maestro de la imagen que trabaja “por pura intuición y puro amor”.
“Voy buscando una foto que me interesa y voy de una solución a otra”, apunta, para añadir que lo que más le gusta de la fotografía documental es que “partes de unas limitaciones” que para él son su “parque de atracciones”, donde se recrea.
“Soy un enamorado de la fotografía y la vivo de forma apasionada desde que la conocí”, confiesa Cases que estudió Periodismo en la facultad de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Leioa, aunque le hubiera gustado ser profesor de gimnasia. “No pude por un balón medicinal que no llegó a donde tenía que llegar”, comenta divertido.
En la facultad de periodismo descubrió un laboratorio fotográfico y, desde entonces, dice que no ha parado de sacar fotografías. Para él “lo fundamental es hacer fotos”. “Lo que más me gusta del mundo es coger una cámara y que sea una especie de excusa para salir de casa”, confiesa.
Para Cases la fotografía supone “la gran aventura de la experiencia” y su trabajo “cada vez tiene que ver con trasladar esa experiencia a una exposición, un libro, o lo que sea”.
Cases anuncia en Jardín Remoto Experience la reedición de 'Palomas al aire', su primer trabajo
En su ponencia en Jardín Remoto Experience 2024, Ricardo Cases se centra en sus dos últimos trabajos, aunque lleva desde el año dos mil en la fotografía, en sus inicios en Madrid y luego en Valencia a donde se trasladó, tras una etapa un tanto gris por el fallecimiento de su madre y un colega, para “dejar de ladrar a mis amigos”.
Cases señala que desde 2018 se ha centrado en un “no proyecto” que tiene que ver con “un cambio bastante radical” en su “aventura fotográfica”, no sabe si provocado por “hastío o por buscar nuevas maneras y contradecirme”, algo que asegura es un continuo en su trayectoria.
Así desde ese año el fotógrafo ha estado desarrollando trabajos que tratan de representar su “paisaje” que geográficamente va desde Vinaroz hasta Almería. “Me dejo llevar por ese espacio intentando documentar ese paisaje, como se modifica, las personas que lo habitan”, señala.
Según recuerda, todo empezó con su aclamado ‘Paloma al aire’, al que se refiere como “un reportaje sobre una actividad bastante marciana (las carreras de palomas en las regiones de Valencia y Murcia), que fue disparo de salida de una serie de proyectos que tienen que ver con el Levante”. Un libro que ya ha agotado tres ediciones y del que anuncia va a publicar una cuarta que, “está al caer”.
Encargos creativos: Ostras Pedrín
El fotógrafo Ricardo Cases explica en Jardín Remoto Experience que en esta etapa se produjo un “cambio sustancial” en sus carrera y harto de trabajar en el campo, tras la pandemia de Covid-19, hacia 2020, vuelve a la ciudad “como un niño, volviéndola a descubrir”.
Es entonces cuando recibe un encargo del artista Antonio González, conocido artísticamente como Antonio Ladrillo. “Hay muchos encargos que tienen una gran importancia en mi fotografía”, reconoce.
“Me dijo un día que tenía un bar de cañas que se llama Ostras Pedrín” en Valencia, y que “estaban invitando a artistas para que hicieran un trabajo” sobre este establecimiento, recuerda.
“Fui al bar, era todo un poco desolador porque acababa de pasar la pandemia y tenía una necesidad de trabajar pero no sobre la pandemia, y empecé a fotografiar alrededor del bar”, explica.
Así Cases comenzó a hacer fotografías en Ostras Pedrín, pero también otras, en los alrededores, que dialogaran con las primeras. “Se fue poco a poco componiendo un trabajo y llegó un momento un poco violento porque le dije a Antonio que las fotos del bar se van a caer y solo iba a usar las de fuera”, relata el fotógrafo.
Tras reconocer que para él mismo se pasó “de frenada”, señala que encontró “un color tierra, desolador, que iba muy bien con lo que sentía y veía” en ese momento, aunque se alejaba de sus colores habituales. Así surgió un calendario “bastante arriesgado” con 12 fotografías, una por mes, que pueden definir una palabra, “silencio”, mientras que en su trabajo “siempre hay mucho ruido”.
Además, destaca que, sin darse cuenta, estaban haciendo “un proyecto que tenía que ver con retratar un momento histórico”.
"Actúo porque si me pongo a pensar, muchas veces, no hago lo que tengo que hacer, que son fotos"
- Ricardo Cases
La cuenta falsa de Ricardo Cases en Instagram
Tras esa vuelta a la ciudad, Cases creó “una cuenta falsa” en la red social Instagram, que ya ha desactivado, y en la que iba colgando fotografías con otro nombre, lo que le daba cierto “morbillo”. “Conseguí que me siguieran como 15 personas y hubo colegas que me pillaron”, era como “una carpeta compartida con amigos y frikis”, bromea.
Cases reflexiona sobre las redes sociales, que considera “una plataforma fenomenal para comunicar contenidos”, pero que considera también que son “una herramienta un poco perversa para valorar con distancia y profesionalidad tu trabajo” y pueden cambiar tu relación con el mismo. Es por ello que explica que nunca publica en ellas “nada que no esté terminado”, porque puede “modificar” sus “sensaciones” sobre ese trabajo.
Ricardo Cases: más fotos y menos fotolibros
El fotógrafo Ricardo Cases asegura en su ponencia en Jardín Remoto Experience que trata de no coartarse cuando trabajo. “Actúo porque si me pongo a pensar, muchas veces, no hago lo que tengo que hacer, que son fotos”, afirma.
“Trabajo y trabajo y más adelante pienso”, señala sobre su forma de fotografiar. Cases cuenta que tras su experimento de cuenta falsa en Instagram ha dado “el paso más interesante” en su vida, comprarse una impresora que permite “una variedad de formatos increíble” con diez tintas, cada cartucho de 70 euros, con la que imprime fanzines. “Cada vez que hago uno, ni me imagino cuanto cuesta, pero tengo una necesidad vital de producir, de contradecirme”, señala.
Así relata que en estos últimos años sale a la calle, tiene “un encuentro con algo o alguien que me da contenido”, fotografía, maqueta, imprime y vende esa pequeña publicación casera en Todo Colección, una web de venta de objetos de Segunda Mano, para comprar “más tintas para seguir haciéndolo”.
“Es una cosa que te vuelve loco”, confiesa, para añadir que sin imprimir sus imágenes no entiende lo que hace, porque para él “la pantalla es un poco engañosa”. “Creo que no he disfrutado tanto de la fotografía como ahora”, asegura.
Suelo hacer una edición limitada de 25 copias. Entre esos fanzines, está ‘Garaje Astoria’ o ‘Generos de punt La Torre’, entre otros. Cases también viene trabando en ‘El ficus del parterre’, una compilación de series fotográficas que da lugar a un proyecto expositivo homónimo en el Centre del Carme de Valencia.
Cases rehuye del término fotolibro, que cree “se ha cargado un montón de fotógrafos y ha generado mucha presión en las escuelas”. “Lo detesto”, dice. Es por ello que prefirió mostrar este último material “sin ningún dispositivo”, más allá de “un marco fino blanco en una pared blanca”, porque te “desnudas como fotógrafo”.
“Me interesa el salir a la calle, encontrarte con algo que te dice algo fotográficamente, hacer la mayoría de fotos interesantes que puedas”, a los que se refiere “en broma” como “fotones”, y enseñarlo de un modo puro”, reflexiona.
La fórmula de Ricardo Cases
El fotógrafo da también su “fórmula superar malos días” basada en “tres mecanismos, café, buen café; el fotón; y si fallaba, ver libros”. “En cuanto veo cinco libros salgo como un cohete a la calle y me pongo a trabajar”, explica, algo que también le pasa, por ejemplo, si ve una exposición de arte.
“No tiene por qué ser de fotografías, ves esos brillos de gente que ha hecho cosas y dices joe quiero ser así de mayor”, dice. También apunta que la fotografía es “un buen mecanismo para ver cómo eres y mostrarlo”.
A su juicio, la fotografía es “una de las herramientas más democráticas que hay” y la cámara digital es “muy posibilitadora de discursos auténticos”, pero ello, también “es cuestión de esfuerzo, de dedicación” y también de “persistencia, de no tirar la toalla”, finaliza su ponencia.
Revisión de portfolios
Además de ofrecer una ponencia en Jardín Remoto Experience 2024, Ricardo Cases revisó los portfolios de los asistentes al simposio nacional de fotografía de autor interesados en recibir su feedback, dedicando 15 minutos a cada autor y proyecto.
Ricardo Cases revisó los trabajos fotográficos de los asistentes a Jardín Remoto Experience con entrada experiencia de autor Silvia Terreros, Jorge Bravo, Ligia Berg, Gorka Arnaiz, Carol Cube, Adirane Azkuenaga, Susana Navaridas, Ángel Valencia, Leire Mon, Ander Fernández y Endika Díaz.