El fotógrafo alemán Thomas Hoepker (Munich, 1936) miembro de pleno derecho de Magnum desde 1989, cuando apenas tenía 28 años, se convirtió en presidente de Magnum en 2003.
Höpker nunca estudió fotografía, «simplemente empecé a hacerla», cuenta.
Su abuelo le regaló una vieja cámara de placas cuando cumplió catorce años, lo que lo inspiró a experimentar con la fotografía. y poco a poco fue haciéndose un nombre como fotorreportero.
En 1960, antes de poder terminar sus estudios en Arte, Historia y Arqueología, fue contratado por la revista Münchner Illustrierte.
Pese a estudiar Arte y trabajar décadas después como director de arte para la edición americana de Geo, entre 1987 y 1989 Hoepker trabajó en Stern en Hamburgo. Thomas Hoepker nunca se definió como artista. «No soy un artista. Soy un creador de imágenes».
Ese año 1960, con apenas 24 años, realizó sus retratos más renombrados en los que retrató a un desconocido Cassius Clay ‘Muhammad Ali’ nada más ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma y siguió retratándole en posteriores ocasiones. Fotografió al hombre y al mito. Le retrató en momentos privados y apariciones públicas fuera del ring, en una visita a su ciudad natal, hablando con niños y jóvenes, coqueteando con la linda hija de un panadero que más tarde se convertiría en su esposa, en el set de filmación de La docena del sucio, en el gimnasio, en su casa… Aquellas fotos darían la vuelta al mundo.
Trabajó en Kristall hasta 1963.
En aquella época estaba casado con su primera mujer Eva Windmöller y ambos vivían en Berlín Oriental, donde trabajaron como los primeros corresponsales acreditados de de la revista Stern a las que se unió en 1964.
Años después, en 1976, siendo todavía corresponsal de la revista Stern se mudó junto a su mujer a Nueva York. Allí pasó la mayor parte de su tiempo y realizó sus imágenes más icónicas.
Imágenes como ésta de 1983 llamada Lover’s lane: una vista del World Trade Center desde un descampado al servicio de los amantes en los muelles de Nueva Jersey.
Otra de sus famosas fotos es ésta que tomó el 11-S y no publicaría hasta 2006 por el dolor que habría causado al publicarla en aquellos momentos. La fotografía muestra a cinco jóvenes neoyorkinos que disfrutan ajenos a la tragedia que está ocurriendo al otro lado del río Hudson.