Además de su puesto casi fijo en la Plaza Murillo de Madrid en la que fotografía a madrileños y turistas, Juan Pablo Minguillón imparte clases de fotografía minutera por toda España.
Se desplaza en su autocaravana TABBERT CLASSIC 570 del año 1992, que está catalogada como histórica, y que en sus 5,5, metros de longitud cuenta con una pequeña zona de trabajo y almacenaje del material necesario para los diferentes talleres.
Talleres de fotografía minutera
Los talleres que imparte por toda España, cuando le contratan los ayuntamientos y las diputaciones tienen una duración de cuatro horas (algunos son de ocho). Los imparte a grupos de diez participantes como máximo en salas que le ceden las instituciones que le contratan, que deben ser salas que se puedan oscurecer.
El fotógrafo proporciona todo el material necesario para la realización del taller.
Los talleres van desde iniciación a la fotografía estenopeica, la cámara estenopeica (avanzado), iniciación a la fotografía estereoscópica, la cámara estereoscópica (avanzado), iniciación a la cianotipia, la cianotipia (avanzado), iniciación a la fotografía de bodegón (digital) o iniciación al cinematógrafo: el zoetrope.
Charlas sobre fotografía minutera
Juan Pablo Minguillón también imparte una charla genérica en la que ofrece una visión global del desarrollo de la fotografía desde sus inicios hasta la llegada dela era digital.
Comenta los aspectos que tienen que ver con la historia, el contexto social, la física, la química y el arte y, también, hablaremos del componente personal de la fotografía cuando tenemos una cámara fotográfica en nuestras manos.
Habla de la luz, del espectro visible. Qué es capaz de ver el ojo humano y qué no. Por qué las cosas se ven y qué es la oscuridad, la falta de luz. Habla de la cámara oscura, de cómo se crea la imagen en su interior. De cómo se utilizó durante mucho tiempo esta herramienta para la realización de pinturas, retratos, paisajes o escenas costumbristas.
Habla también de los principios experimentales de la fotografía, de las primeras imágenes y de cómo se resolvió el problema de su conservación, del desarrollo de las primeras cámaras y la implementación de los primeros estándares de trabajo.
Habla de la fotografía minutera, la fotografía de calle. En pocos minutos (de ahí su nombre en España) los fotógrafos minuteros eran capaces de entregar una fotografía perfectamente acabada sin más herramienta que su propia cámara. Algunos eran ambulantes, iban de pueblo en pueblo, de plaza en plaza, ofreciendo sus servicios a todo el que quisiera fotografiarse y otros se establecían en lugares concretos, con cierto interés turístico o popular, durante años y años como una oferta estable y continuada.