A través de los testimonios que componen la obra el lector es capaz de comprender los procesos fotográficos y las bases del debate entre los defensores y detractores de la fotografía en color.
El libro, con el texto en español, tiene 224 páginas e incluye 226 fotografías muchas de las cuales aparecen en parejas de la misma imagen en blanco y negro y en color, como una oportunidad de ver los efectos en la narrativa visual del uso o la ausencia del color en una imagen.
Joel Meyerowitz es uno de los máximos exponentes de la fotografía contemporánea. Y dentro de su producción, indefectiblemente relacionamos su obra con las imágenes a color. Pero esa apuesta por el color fue algo que no era lo habitual en el momento en el que el fotógrafo comenzó su carrera, a mediados de los años 60 del siglo XX.
Además, estaba lejos de ser una posibilidad aceptada por la comunidad de los grandes fotógrafos, que identificaban la fotografía “seria” con el blanco y negro y la de color, para aquellos que se acercaban a este medio como meros aficionados.
El libro de La Fábrica ‘Joel Meyerowitz ¿en color?’ recoge las reflexiones del fotógrafo sobre su predilección por la fotografía en color.
A través de varios textos, el autor nos habla de sus comienzos en el mundo de la fotografía; recuerda el momento en el que por primera vez alguien le puso en la tesitura de elegir entre una película de blanco y negro o de color; recuerda la influencia que en su obra tuvieron autores como Robert Frank o de su amistad con Garry Winogrand, quien le hizo ver que para dedicarse profesionalmente a la fotografía también debería tomar imágenes en blanco y negro.
El libro se encuentra salpicado de textos que recogen estas reflexiones y además cuenta con más de 200 imágenes, tanto en blanco y negro como en color.
En muchas de ellas, el fotógrafo hacía “parejas” de fotos, tomando la misma instantánea dos veces, pero utilizando una película de color y otra de blanco y negro. La presencia de estas parejas en el libro otorga al espectador la posibilidad de descubrir como el cambio en la técnica es capaz de transformar por completo la narrativa de cada fotografía.
Las primeras “parejas” de imágenes las realiza entre 1963 y 1966, un momento en el que las limitaciones técnicas de un mundo sin Photoshop, hacía bastante complicado realizar estos ejercicios.
“En 1963 conseguí hacerme con una segunda cámara y pensé: voy a ponerle un carrete en color a una y otro en blanco y negro a la otra: así cuando se presente la ocasión de fotografiar algo con las dos cámaras (solo si la escena no cambia demasiado y si soy lo suficientemente rápido para disparar dos fotos) podré observar ambas y tratar de ver que conclusiones saco», cuenta el fotógrafo.
Esta idea es precisamente la génesis de este libro.
MEYEROWITZ EN EUROPA
Una segunda sección del libro recoge una estancia de Meyerowitz en Europa, a finales de los años 60, un momento que marcará un punto de inflexión en su carrera, en un viaje que le llevo por Reino Unido, Irlanda, España, Francia, Alemania, Turquía y Grecia. Europa se convirtió en un escenario nuevo y lleno de posibilidades que permitió a Meyerowitz descubrir y forjar su identidad personal.
REGRESO DE MEYEROWITZ A EEUU
La tercera sección del libro nos muestra a un Meyerowitz de vuelta a los Estados Unidos y con una voz propia ya forjada. En ese momento las calles de Nueva York vuelven a convertirse en el escenario de sus imágenes. Y esa inmediatez y la cantidad de estímulos que le ofrecían la ciudad, encontraron su lenguaje, de nuevo, en la fotografía en color:
“Tengo que utilizar todo mi rango de visión periférica para trabajar en las calles de Nueva York y concebir esa especie de espacio sensorial que transito como un lugar cargado de sustancia con el que solo podré sincronizar si actúo con rapidez. Y el color jugó un papel fundamenta en esto porque, una vez que empecé a tomármelo en serio, podía ver detalles y sutiles relaciones…”
“El color me enseñó a estar pendiente del encuadre en todas y cada una de las situaciones, porque si piensas en blanco y negro estás neutralizando todo el poder del color”.
TRIUNFO DEL COLOR
La última sección de este libro arranca en 1974 y llega hasta nuestros días con un Meyerowitz a quien el triunfo del color le dio libertad total a la hora de componer sus fotografías. Una selección de fotografías de los años 80 y 90 que recogen la energía de la ciudad de Nueva York.