El 17 de marzo de 1978 un bomba de la banda terrorista ETA en las obras de la central nuclear de Lemoiz que habían arrancado seis años antes provocó dos muertos y 14 heridos y retrasó las obras. Estas obras que siguieron hasta 1984 y nunca finalizaron por múltiples ataques y lo que iba a ser una central nuclear es hoy día un complejo en ruinas vallado que llama la atención de quien realiza rutas por la costa vasca a su paso por la Cala Basordas para a ver qué es ese mastodonte de hormigón abandonado y vallado.
Este lugar llamó la atención a la artista e investigadora Ixone Sábada (Bilbao, 1977) que se acerca al legado material, simbólico y político de la central nuclear de Lemoiz para realizar una investigación fotográfica titulada ‘Escala 1:1’ que ahora llega a la Alhóndiga de Bilbao.
Este proyecto artístico que se expone del 6 de febrero al 27 de abril de 2025 en este centro cultural del centro de Bilbao está comisariado por Carles Guerra (Amposta, Tarragona, 1965) e imagina una nueva política de acceso con la que el objeto de la central podría entrar a formar parte de un debate público.
Ixone Sádaba plantea este ejercicio de restitución proyectando fragmentos de las construcciones que conforman el complejo de Lemoiz a tamaño real y en el interior de las salas de Azkuna Zentroa.
Para ello introduce la escala 1:1 propia del complejo que forma la central en el seno de la Alhóndiga, un gesto que invita a romper con la inconmensurabilidad de ese lugar cargado de historia e inaprehensible a la mirada, aunque sea a expensas de percibirlo mediante fragmentos no menos monumentales.
La exposición invita a observar -del mismo modo que lo haría una operadora que ha recibido instrucciones concisas y escuetas- varias secuencias de tomas fotográficas que recomponen muros y vistas del complejo.
Así es como las imágenes proyectadas sobre el muro principal de la sala de exposiciones funcionan como un proxy, un sustituto, que acerca a las y los visitantes a ese espacio vetado al acceso público durante décadas.
Ixone Sádaba -da continuidad con este dispositivo fotográfico- concebido específicamente para abordar la cuestión de Lemoiz a los materiales recopilados a lo largo de una investigación desarrollada en durante los últimos cuatro años. Un extenso trabajo centrado en los usos de la fotografía industrial y corporativa que incluye imágenes de la construcción de la central y de las ruinas del espacio y su entorno.
Así mismo, el conjunto del proyecto incluye una réplica del mirador construido en 1974 y destinado a acoger las visitas de obras. Si originalmente estuvo situado en un alto cerca de la carretera que conduce a las instalaciones de Lemoiz, ahora se levanta en el acceso al espacio principal de la exposición con la intención de que funcione a modo de atalaya. Un observatorio privilegiado en su día por la suma de las capacidades técnicas, políticas y cognitivas, producto de una acumulación de capitales.