El 6 de febrero de 2025 la Fundación Mapfre ha inaugurado en su espacio expositivo del Paseo de Recoletos de Madrid la muestra ‘Sakiko Nomura. Tierna es la noche’. En la que es la primera gran retrospectiva de la discípula de Nobuyoshi Araki, se pueden ver sus famosas fotografías de desnudos masculinos en blanco y negro, apenas iluminados o a veces meramente silueteados, en atmósferas nocturnas y llenas de sombra, alternadas con sus imágenes de animales, naturalezas muertas, vistas de ciudades, fenómenos atmosféricos, luces y reflejos en movimiento. La exposición comisariada por Enrique Juncosa cuenta con un audiovisual y dedica también una especial atención a sus fotolibros.
Sakiko Nomura (1967) es una de las fotógrafas japonesas más destacadas de su generación. Ha ejercido durante 20 años como asistente de Nobuyoshi Araki y desde 1993 expone regularmente en Japón y otros países asiáticos, así como en Europa y México. Esta exposición es su primera gran retrospectiva.
Los desnudos masculinos en blanco y negro, apenas iluminados o a veces meramente silueteados, en atmósferas nocturnas y llenas de sombra, son lo más conocido de su obra.
La Fundación Mapfre ha creado un espacio nocturno, oscuro y lleno de sombras en el que el espectador se sumerge íntimamente para descubrir a los jóvenes y atractivos protagonistas de sus retratos como en la novela ‘Suave es la noche’, la novela de F. Scott Fitzgerald que explícitamente se evoca desde el título porque en esas imágenes el poder y la tensión erótica se envuelven en un aire de ternura y cierto misterio.
Estos retratos, que suponen todo un desafío hacia algunos tabúes y estereotipos tradicionales de la cultura japonesa, se alternan en la exposición con otras imágenes de animales, naturalezas muertas, vistas de ciudades, fenómenos atmosféricos, luces y reflejos en movimiento, etc. para acabar formando una suerte de narrativas interrumpidas de evocación cinematográfica y cargadas de sentidos alegóricos en torno a la fugacidad de la existencia.
Sakiko Nomura fue durante 20 años asistente de Nobuyoshi Araki, gran celebridad internacional, sobre todo, por sus controvertidas fotografías de desnudos femeninos próximos al sadomasoquismo y la pornografía.
Las imágenes de Sakiko Nomura forman conjuntos de una atmósfera misteriosa y cinematográfica que envuelven al espectador y lo introducen en la particular forma de fotografiar de la artista. A partir de 1993, Nomura comienza a exponer frecuentemente, sobre todo en Japón, y a publicar fotolibros. En la actualidad cuenta con más de cuarenta títulos en su haber, algunos de los cuales se pueden contemplar en la exposición. Su faceta editora comprende una parte muy destacada de su trabajo.
Sus trabajos más conocidos no son autorretratos, aunque sus desnudos masculinos describan el deseo desde un punto de vista femenino y con toda probabilidad feminista.
Sakiko Nomura es conocida por sus desnudos masculinos, en su caso retratados en atmósferas nocturnas, misteriosas y repletas de sombras negrísimas, a veces, además, con grano visible o desenfocadas, y con una preferencia por el blanco y negro. Nomura, tanto en sus exposiciones como en sus publicaciones, siempre exquisitas, mezcla las imágenes de los hombres jóvenes desnudos y atractivos con los que trabaja con otras, también nocturnas, de animales fotografiados en zoos; naturalezas muertas, especialmente flores; pasillos y habitaciones de hoteles; vistas de ciudades, en panorámicas o en detalles; el mar; distintos fenómenos atmosféricos, como las nubes y la nieve; árboles, bosques y paisajes; medios de transporte públicos y privados; fuegos artificiales; cementerios; y luces y reflejos en movimiento. Todo ello abriendo posibilidades semánticas en múltiples direcciones.
Al ordenar estos grupos de imágenes distintas en naturaleza y procedencia, Nomura sugiere narrativas con connotaciones temporales que nos remiten al cine, aunque solo veamos momentos fugaces de escenas apenas intuidas y cargadas de sentidos alegóricos: la transitoriedad de las cosas; el carácter fogoso del deseo y su rápida e intensa resolución; la intimidad y la complicidad de los amantes en el reposo, el sueño o durante la reconfortante pereza poscoital; la vida como trayecto y aventura; y una suerte de teoría de la visión sustentada en la creencia de que con la cámara se puede ver algo más que cuando observamos la realidad solamente con los sentidos.
Gran parte de los motivos que Sakiko Nomura fotografía evocan la relación intrínseca que existe entre la vida y la muerte. Y no solo los motivos, las puestas en escena de sus composiciones, la oscuridad de la atmosfera, la monotonía de las tonalidades sugieren la frialdad de la muerte, como si a pesar de la contención de sus obras, estas expresaran misterios ocultos de ternura e intimidad. Es el caso de sus series de flores. Orquídeas, azucenas, rosas, crisantemos, flores en decomposición, en jarrones en medio de una estancia, una extensión de las vánitas barrocas, alegorías de la fugacidad de la existencia, siendo su belleza puramente transitoria.
Los desnudos masculinos de Nomura aparecieron por primera vez en su fotolibro ‘Naked Room’ (La habitación desnuda) en 1994, A partir de entonces ha realizado este tipo de retratos en espacios privados o semiprivados de forma recurrente. En la década de 1990, cuando publicó su libro, la sociedad japonesa ejercia una fuerte discriminacion hacia la mujer, que se extendía al mundo de la fotografía, y lo habitual era que las protagonistas de los desnudos fueran mujeres, que se mostraban y exhibían para la mirada patriarcal. Al convertirse el hombre en sujeto de la fotogralia, Nomura subvierte las reglas aceptadas tácitamente durante décadas, aunque en su obra se aleja del tópico del cuerpo desnudo como fantasía sexual. Hiroki Kurotaki fue el primer modelo que posó desnudo para ella, quien lo retrató durante veinte años, hasta su fallecimiento, y con el que reflejo una de sus mayores creencias en torno al medio: «La fotografía es sacar fotos de desnudos, enfrentarse a la existencia descubierta», declaró en una entrevista en el año 2022. Nomura’s male nudes first appear in her 1994 photobook titled Naked Room. She has since produced this type of portrait recurrently in private or semi-private spaces. When she published her book in the 1990s, Japanese society exerted much discrimination towards women, which extended into the world of photography. Then it was common for women to be the protagonists of nudes, exhibiting themselves for the patriarchal gaze. Nomura subverted the norms that had been tacitly accepted for decades by featuring males as her subjects, despite her work being distanced from the cliché of the naked body as a sexual fantasy. Hiroki Kurotaki was the first model to pose nude for her. The artist portrayed him over the course of twenty years, until his death. Through Kurotaki, Nomura conveyed one of her main beliefs regarding the medium: «Photography is taking pictures of nudes, confronting bare existence,» as she pointed out in an interview in 2022.
Su primera exposición individual ‘Clock Without Hand’ en 1993 causó furor. Se editarn 500 ejemplares de un catálogo que está agotado.
Tras esta primera exposición indivual llegaron nuevas muestras en primera persona así como colectivas, la mayoría en Tokio pero también en otras capitales asiáticas y en Europa.
En los años noventa, así como se iniciaba la trayectoria artística de Nomura, se consolidó un gran interés internacional por la fotografía de su país.
La galería Akio Nagasawa, con la que trabaja Nomura en Tokio, abrió con su nombre en 2013, aunque Nagasawa había estado operativo desde 2008 en la BLD Gallery.
En el año 2013 ganó el premio New Figure Encouragement Prize en Photo City Sagamihara 2013 y actualmente es una de las fotógrafas más reconocidas de todo el mundo.
Sakiko Nomura ha publicado una decena de libros de fotografía imprescindibles.
Sakiko Nomura es una figura central de la fotografía actual japonesa. Su obra se da a conocer a comienzos de la década de los noventa, una vez finalizados sus estudios y ya instalada en Tokio, mientras trabaja como asistente de Nobuyoshi Araki, gran celebridad internacional, sobre todo, por sus controvertidas fotografías de desnudos femeninos próximos al sadomasoquismo y la pornografía, aunque también ha fotografiado flores, nubes, gatos y escenas, a veces autobiográficas y a veces documentales, relacionadas con su vida cotidiana o la de las personas a las que observa.
En el año 2016, tras pasar por los Encuentros de fotografía de Arlés, Nomura publico su primera experiencia con fotografías solarizadas impresas con tinta negra brillante sobre papel negro mate bajo el titulo Another Black Darkness. Oscura y hermética a primera vista, el espectador se encuentra, ahora sí, implicado de forma imperativa en el acto de la contemplación de esta serie sin título ni fecha concreta, pues debe hacer un esfuerzo considerable por descifrar el contenido, practicamente oculto, de estas imágenes. La figura de un hombre desnudo acostándose en la cama, otro hombre de espaldas fumando y sentado mientras una mujer expone sus nalgas, un beso, la silueta de una ciudad, de un bosque, de un coche circulando, de una flor o de un árbol se adivinan entre las sombras, como aquellas de Junichiro Tanizaki, y hacen que las formas captadas por la mirada se asemejen a paisajes que parpadean en el fondo de la memoria.
Koshiro Matsumoto X es otro de los individues a los que Nomura ha Ide fotogratiando durante decadas, Descendiente de una familia en la que todos sus miembros masculines, desde su bisabusle, han side y son actores de kabuki -género dramático japonés que se originé en Kiote a principios del sigle xi-, Matsumoto comenzó su carrera a los seis años come Kintare Matsumoto, Dos años después, se cambié el nombre a Somegoro Ichikawa, y en 2018, a los cuarenta y cinco años, adquirió el que tiene actualmente, heredado de su padre y que ha sido llevado por nueve actores de su familia son anterioridad,
En 2018 Nomura publico My Last Remaining Dream (El últime sueño que me queda), que documenta la carrera del astor con 593 fotogratias, Por su parte, en el fotolibro majestie (Majestuose), publicade en 2022, Nomura reune Imágenes de hombres tatuados pertenscientes a la asociación Edo-choyukal en su peregrinación anual al monte Oyama, Junto a estas, so han incluido on la sala imágenes de animales, que interesan a la artista come emblemas del deseo y el instinto, y amaneceres y crepúsculos en el momento exacto en que la visión está a punto de perderse.
Durante la preparación de esta exposición, la Fundación Mapfre invitó a Sakiko Nomura a realizar una serie de fotografías en España. La artista escogió Granada, donde ya estuvo hace años en una suerte de peregrinación que la llevó hasta Viznar y sus alrededores, donde murió Federico García Lorca. Tras ese viaje, Nomura expuso cuatro fotografías en la muestra Teoría del duende, inaugurada en el otoño de 2015 con motivo de la apertura del Centro Federico García Lorca.
Las fotos tomadas en este último viaje a Granada son características de su trabajo, entre ellas encontramos imágenes nocturnas y melancólicas de interiores oscuros de bares y de habitaciones de hoteles; carreteras con vehículos solitarios que sugieren tránsitos o viajes; ventanas que delimitan y separan lo interior y lo exterior; desnudos y retratos masculinos; vistas de cementerios; animales o juegos de luces y reflejos ambiguos. Nomura no busca lo exótico, aun estando fascinada, según ha declarado, por el flamenco y habiendo desarrollado anteriormente proyectos con bailarines o coreógrafos. Sus últimas imágenes exploran otra vez su interés manifiesto en hacer visibles cosas que antes no lo eran o lo eran de una forma efimera.
La obra de Sakiko Nomura se encuentra en colecciones como la de la Tate Modern en Londres.
La exposición ‘Tierna es la noche’ de Sakiko Nomura comisariada por Enrique Juncosa en la Fundación Mapfre (Paseo de Recoletos, 23) dedica también una especial atención a sus fotolibros, que constituyen una parte muy relevante de su trayectoria.
Nomura ha publicado, en ediciones sumamente cuidadas, unos cuarenta fotolibros, entre los que destacan Black Darkness (Oscuridad negra; 2008), NUDE / A ROOM/ FLOWERS* (Desnudo/ una habitación/ flores; 2012), Another Black Darkness (Otra oscuridad negra; 2016), Ango (2017), On Love (Sobre el amor; 2017), My Last Remaining Dream (El último sueño que me queda; 2018), Fate in spring (El destino en primavera; 2020) o majestic (Majestuoso; 2022), conformando todas ellas uno de los aspectos centrales de su trabajo y habiendo sido objeto de varias exposiciones museísticas.
Black Darkness (Oscuridad negra; 2008), NUDE/A ROOM/ FLOWERS (Desnudo / una habitación / flores; 2012) y Fate in apring (El destino en primavera; 2020) son tres de los fotolibros más preciados por Sakiko Nomura, quiza porque todos ellos incluyen gran parte de las señas de identidad de su autora, con fotografías oscuras que desarrollan una suerte de épica de la intimidad.
Black Darkness hace referencia a un término budista que se relaciona con el infierno, un título propuesto a la artista, en tono de broma, por el maestro Nobuyoshi Araki. Se compone de imagenes de desnudos masculinos, rascacielos entreviatos en la niebla, dormitorios vacíos, flores, la espuma de las olas del mar, todo ello en blanco y negro. Son fotogratias muy oscuras que generan distintos significados oníricos y emociones casi ancestrales.
NUDE / A ROOM / FLOWERS incluye algunas fotografías en color y amplía el vocabulario de Nomura con Imagenes de sus viajes por distintas cludades -como Venecia, Berlín, Pekín o Cracovia-, así como con inte-riores de hospitales y de iglesias, cementerios y alguna escasa vista diurna.
Por su parte, Fate in spring le permite presentar imágenes dobles, solapadas, y no necesariamente relacionadas entre si, que al unirse suscitan ideas inesperadas.
Desde Jardín Remoto Books recomendamos los siguientes fotolibros de Sakiko Nomura:
La exposición está acompañada por un catálogo que incluye ensayos del propio comisario Enrique Juncosa, Michiko Kasahara y Simon Baker.
El comisario de la exposición dedicada a obra de la fotógrafa Sakiko Nomura en la Fundación Mapfre es Enrique Juncosa.
Enrique Juncosa (Palma de Mallorca, 1961) es escritor, comisario de exposiciones y gestor cultural. Fue director del Irish Museum of Modern Art de Dublín de 2003 a 2012, labor por la que recibió del Estado Español la Orden al Mérito Civil, y antes fue subdirector del Museo Reina Sofía, Madrid (2000-2003) y del IVAM, Valencia (1998-2000).
Ha comisariado, además, exposiciones para muchas instituciones internacionales como Tate Britain y Whitechapel Art Gallery, ambas en Londres; Hamburguer Banhof, Berlín; Fundación ”la Caixa”, Madrid y Barcelona; MAXXI, Roma; Musée des Beaux-Arts, Nantes; Astrup Fearnley Museet vor Monderne Kunst, Oslo; SMAK, Gante, o Fundación Gulbenkian, Lisboa. También fue comisario del Pabellón Español de la Bienal de Venecia en 2011.
Como escritor, ha publicado siete libros de poesía: el primero fue Amanecer zulú (1986), y el más reciente La destrucción del invierno (2012). Su poesía ha sido traducida al inglés y al francés. También ha publicado un libro de relatos: Los hedonistas (2014), y varios libros de ensayo, entre los que destacan: Miquel Barceló o el sentimiento del tiempo (2003), Las adicciones: Ensayos sobre arte contemporáneo (2006) y, publicados en inglés, Writers on Howard Hodgkin (Editor, 2005), seleccionado como uno de los mejores libros de arte del año por el Financial Times de Londres; The Moderns: The Arts in Ireland from the1900s to the 1970s (Editor, 2010), o The Irish Years, Selected Writings (2013). Es autor de la novela El mundo rutilante, de próxima aparición.
Entre 2009 y 2011 dirigió en Irlanda la revista de arte y literatura en lengua inglesa Boulevad Magenta, y en la actualidad codirige la revista -normal, publicada en Madrid.
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