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El KBr expone la obra de Louis Stettner hasta el 15 de septiembre

El KBr expone la obra de Louis Stettner hasta el 15 de septiembre

El Centro Internacional de Fotografía KBr de Barcelona muestra la obra de Louis Stettner hasta el 15 de septiembre de 2024. Louis Stettner (1922-2016) concebía la fotografía como un instrumento de cambio social a través del cual celebrar la vida y mostrar la valentía del ser humano para afrontar con plenitud las bondades y adversidades de la existencia

Louis Stettner, el fotógrafo escritor

En las décadas de 1950 y 1960 existía cierta desconfianza hacia los fotógrafos que escribían, quizá porque parecía que estaban ubicados en un lugar a medio camino entre ambas disciplinas. Stettner se dedicó siempre a la escritura a la par que la fotografía, y escribió no solo sobre sí mismo, sino también sobre muchos de sus colegas y amigos artistas, tanto si le gustaba su obra como si no. Sus textos eran un poco como sus fotografías: abruptos, espontáneos e impetuosos. En la década de 1970, comenzó a publicar una columna mensual en la revista Camera 35, dependiente de la Photo League, titulada primero ‘Speaking Out’ (Hablando claro) y después ‘A Humanist View’ (Una visión humanista).

Si bien escribió con profusión, no fue hasta 1979, ya de forma algo tardía, cuando publicó una de sus series de fotografías en el libro ‘Sur le tas’, que recoge imágenes de hombres y mujeres trabajando.

Louis Stettner nació en 1922 en Brooklyn, Nueva York, y llegó a crear miles de imágenes a lo largo de una carrera de casi ochenta años. Adquirió su primera cámara siendo adolescente y pronto se sintió atraído por las calles de su ciudad natal. Trabajó como fotógrafo de combate durante la Segunda Guerra Mundial. La experiencia de luchar contra el fascismo desarrolló en él la creencia en la humanidad del hombre común. Stettner se movió entre Nueva York y París, antes de instalarse definitivamente en la década de 1990 en la capital francesa, donde permanecería hasta su muerte en 2016. Su obra tendió un puente entre el enfoque de conciencia social estadounidense y la tradición lírica francesa, cuyo resultado se tradujo en un singular acercamiento humanista a la fotografía.

La principal inspiración de Stettner procedía del mundo literario, sobre todo de la obra de Walt Whitman.L a búsqueda incansable de la belleza en las personas comunes y en su vida cotidiana, así como el compromiso social y su preocupación por los menos favorecidos, está presente en toda su obra. La exposición ‘Louis Stettner’ intenta poner de relieve la importancia del norteamericano dentro de la historia de la fotografía y asegurar su merecido lugar.

El KBr de Barcelona expone la obra de Louis Stettner

La Fundación Mapfre ha estructurado esta exposición en su centro de de forma cronológica. La exposición del KBr que se inauguró el 6 de junio de 2024 presenta más de 190 fotografías, entre ellas algunas imágenes inéditas y parte de su obra en color, casi desconocida, para ofrecer, en definitiva, una completa retrospectiva de su obra y el reconocimiento que su trayectoria merece.

Sus vivencias como fotógrafo durante la Segunda Guerra Mundial y su sólida fe en la humanidad tuvieron un impacto significativo en su fotografía, social y comprometida. Su relación con la Photo League, en particular con fotógrafos como Sid Grossman y Weegee, y su pasión por la literatura y la filosofía influyeron de manera muy relevante en su obra. Con esa visión celebradora de la condición humana como hilo conductor, la obra de Stettner abarca multitud de temas, desde entornos urbanos casi vacíos hasta bulliciosas escenas del metro de Nueva York, la rutina de trabajadores y obreros o los paisajes montañosos del macizo francés de los Alpilles, ya en su última época.

LA EXPOSICIÓN

Nacido en 1922 en Brooklyn, Nueva York, Louis Stettner creó miles de imágenes a lo largo de una carrera de casi ochenta años. Adquirió su primera cámara siendo un joven adolescente y pronto se sintió atraído por las calles de su ciudad natal. No tardó en hacerse un nombre en la famosa Photo League de Nueva York, donde entabló amistad con Sid Grossman y Weegee (Usher Fellig). Trabajó como fotógrafo de combate durante la Segunda Guerra Mundial, y la experiencia de luchar contra el fascismo hombro con hombro junto a sus compañeros soldados le llevó a desarrollar una creencia firme y profunda en la humanidad esencial del hombre común. Terminada la guerra, Stettner visitó París en 1947 con la intención de pasar tres semanas en la ciudad, pero acabó quedándose cinco años y estudió cinematografía con una beca del Ejército. Durante ese tiempo, el fotógrafo forjó una estrecha relación con Brassaï, la ciudad y su gente. A lo largo de su carrera, Stettner se movió entre Nueva York y París, antes de instalarse definitivamente en la década de 1990 en la capital francesa, donde permaneció hasta su muerte en 2016. Su trabajo, que desafía cualquier categorización, contiene elementos estéticos tanto de la fotografía de calle neoyorquina como de la fotografía humanista francesa. A caballo entre ambas tradiciones, Stettner tendió un puente entre el enfoque de conciencia social estadounidense y la tradición lírica francesa cuyo resultado se tradujo en un acercamiento humanista singular a la fotografía. Poeta con la cámara, la principal inspiración de Stettner procedía quizá del mundo literario, sobre todo de la obra de Walt Whitman. Hizo suya la fe del poeta estadounidense en sus semejantes y su confianza en el triunfo del espíritu humano, una convicción que le llevó siempre a las calles en busca de la humanidad esencial de la gente común. Prolífico escritor y crítico de fotografía, escribió por extenso y con franqueza sobre su propia visión artística, su ideario político de izquierdas y los fotógrafos de su círculo. Influido igualmente por la lectura de Karl Marx, Stettner mantuvo intacto durante toda su vida su marxismo, del que es testigo el gran corpus de fotografías protagonizadas por la clase trabajadora, a la que rindió homenaje con su cámara.

No obstante, como muestra la exposición, exploró una amplia gama de temas, y a menudo volvió sobre ellos a lo largo de su carrera. Pese a esta diversidad, su búsqueda incansable de la belleza en las personas comunes y en su vida cotidiana, así como su profundo respeto y admiración por ellas unifica toda su obra, una oda visual a la humanidad que refleja su gran empatía y generosidad de espíritu.

Organizada cronológicamente, la exposición recorre el trabajo del artista desde sus inicios en París, donde fotografió la ciudad vacía durante la posguerra, y en Nueva York, con sus imágenes de viajeros en el metro, hasta su posterior uso del color, para terminar con sus últimas fotografías, una suerte de meditaciones sobre el paisaje de los Alpilles, en el sur de Francia. Al reunir obras que reflejan la riqueza de su visión artística, la exposición pretende poner de relieve la importancia de Stettner dentro de la historia de la fotografía y asegurar su merecido lugar dentro del canon.

Brooklyn Promenade, Brooklyn, Nueva York © Louis Stettner Estate

Las claves de la exposición de Louis Stettner

Photo League. La Photo League (1936-1951) fue un colectivo neoyorquino de fotógrafos —heredero de la Asociación Alemana de Fotógrafos Obreros (VdAFD)— que se reunía periódicamente para debatir las conexiones entre fotografía y política (sin llegar nunca a adoptar una actitud programática pero teóricamente de izquierdas) y promover la fotografía como denuncia social. En ella Stettner conoció a fotógrafos como Sid Grossman y Weegee, y con tan solo veintidós años fue contratado como profesor, el más joven de la asociación.

Fotógrafo escritor. En las décadas de 1950 y 1960 existía cierta desconfianza hacia los fotógrafos que escribían, quizá porque parecía que estaban ubicados en un lugar a medio camino entre ambas disciplinas. Stettner se dedicó siempre a la escritura a la par que la fotografía, y escribió no solo sobre sí mismo, sino también sobre muchos de sus colegas y amigos artistas, tanto si le gustaba su obra como si no. Sus textos eran un poco como sus fotografías: abruptos, espontáneos e impetuosos. En la década de 1970, comenzó a publicar una columna mensual en la revista Camera 35, dependiente de la Photo League, titulada primero «Speaking Out» [Hablando claro] y después «A Humanist View» [Una visión humanista]. Si bien escribió con profusión, no fue hasta 1979, ya de forma algo tardía, cuando publicó una de sus series de fotografías en el libro Sur le tas, que recoge imágenes de hombres y mujeres trabajando.

Walt Whitman. Una de las figuras que más influyeron en la obra de Stettner fue Walt Whitman, con quien compartió la creencia de que era posible encontrar la belleza del mundo en las cosas cotidianas y comunes. Hojas de hierba se convirtió casi en su biblia, y llevaba un ejemplar con él a todas partes. En palabras del propio Stettner: «La fe de Whitman en sus semejantes, su comprensión del ciclo completo de la vida y la muerte y su cosmovisión me han resultado contagiosas. […] celebra a los hombres y mujeres y no tiene miedo, que es quizá una de las razones por las que nunca he dejado de fotografiar en las calles, dondequiera que haya seres humanos».

Trabajadores. El compromiso social y su preocupación por los menos favorecidos llevaron a Stettner a fotografiar con frecuencia a trabajadores con el ánimo de presentarlos como individuos auténticos y dignos, al margen de lo precarias que fueran sus condiciones laborales. En sus propias palabras: «En medio del ruido, la suciedad, los humos y el riesgo de accidentes, me parecían personas muy sensibles, de una humanidad innata y con una maravillosa capacidad de organización y de percepción de la realidad inmediata. Siempre me hicieron sentir bienvenido y cómodo […] mi estancia en las fábricas fue una de las experiencias más significativas de mi vida». Los trabajadores de Stettner parecen fuertes y orgullosos, a menudo están absortos en sus pensamientos y dominan la imagen en la que aparecen; trascienden su entorno laboral y se muestran como individuos autónomos que se niegan a dejarse abatir por el trabajo duro.

Vida y obra de Louis Stettner​

La comisaria de la exposición, Sally Martin Katz, cuenta que Nacido en 1922 en Brooklyn, Nueva York, Louis Stettner creó miles de imágenes a lo largo de una carrera de casi ochenta años. Adquirió su primera cámara siendo un joven adolescente y pronto se sintió atraído por las calles de su ciudad natal.

No tardó en hacerse un nombre en la famosa Photo League de Nueva York, donde entabló amistad con Sid Grossman y Weegee. Trabajó como fotógrafo de combate durante la Segunda Guerra Mundial, y la experiencia de luchar contra el fascismo hombro con hombro junto a sus compañeros soldados le llevó a desarrollar una creencia firme y profunda en la humanidad esencial del hombre común.

Terminada la guerra, Stettner visitó París en 1947 con la intención de pasar tres semanas en la ciudad, pero acabó quedándose cinco años y estudió
cinematografía con una beca del Ejército.

Durante ese tiempo, el fotógrafo forjó una estrecha relación con Brassaï, la ciudad y su gente.

A lo largo de su carrera, Stettner se movió entre Nueva York y París, antes de
instalarse definitivamente en la capital francesa en la década de 1990. Su trabajo
desafía cualquier categorización y contiene elementos tanto de la estética de la fotografía callejera neoyorquina como del humanismo lírico de la tradición francesa.

Stettner, marxista durante toda su vida, rindió homenaje a la clase trabajadora
y se inspiró en la lectura de Walt Whitman y en la naturaleza humana, lo que siempre le acercó a las vidas de hombres y mujeres comunes. Como muestra esta exposición, exploró una amplia gama de temas, y a menudo volvió sobre ellos a lo largo de su trayectoria. No obstante, su trabajo se mantiene temáticamente coherente: buscó la belleza en las personas comunes y en su vida cotidiana.

Organizada cronológicamente, la exposición recorre el trabajo del fotógrafo desde sus inicios en Nueva York y París, pasa por su posterior uso de la fotografía en color, y termina con sus últimas meditaciones sobre el paisaje de los Alpilles (Francia).

Al reunir obras que reflejan la riqueza de su visión artística, la exposición pretende
poner de relieve la importancia de Stettner dentro de la historia de la fotografía y asegurar su merecido lugar dentro del canon.

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Sandra Remon

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