La exposición ‘Jaula’ de David Arribas se completa con el libro de poesías ‘AmárRamé’, donde Nerea comparte reflexiones sobre sí misma y su lucha con la enfermedad.
Ramé es una palabra de origen balinés que se refiere a cuando algo es hermoso y caótico al mismo tiempo.
En palabras de la protagnista del ensayo fotográfico de David Arribas, «el conocimiento no exime del sentimiento. Y es que puedes saberte la teoría, pero no saberlo llevar a la práctica. Una vez leí que lo peor no es la oscuridad, sino saber dónde está el interruptor y no tener el valor de pulsarlo. Esto no es un poemario cualquiera. Es una ventana abierta a mi corazón, a mi alma. En sus páginas derramo sangre; sudor y lágrimas, de tristeza y alegría. Hablo sin tapujos de sentimientos y pensamientos a los que me enfrento, a los que nos enfrentamos, a los que escondemos por miedo o vergüenza. Una montaña rusa de sensaciones.Esta es mi historia, mi oscuridad, mi interruptor, y mi lucha por encender la luz«, confiesa Nerea.
«Creo que así es la vida, preciosa, pero catastrófica en ciertas ocasiones. Y amar es lo que para mí mueve el mundo. Al juntar ambas palabras, conseguimos la palabra “amárrame”, sinónimo de “sujetarse”, “agarrar”, “aferrarse”.
Y es que de esto tratan estos versos. De tormentos, de alegrías, de besos, de porquerías, de buenos momentos, de fantasía, de excesos, de cobardías, de huesos, de valentía, de procesos, progresos, retrocesos, de rebeldía, de ganar la lotería y perderla, de golferías, de empatía, de chulería, de sintonía. De la vida. Sobre cómo las cosas son complicadas y feas en muchas ocasiones, pero somos nosotros quienes podemos hacerlas bellas o descubrir la belleza en el desastre, en el caos. Sobre cómo el amor puede salvarnos.
También trata sobre amarrarse a la vida, aunque muchas veces apetezca más soltarse, pero hay que sujetar la cuerda, merece la pena.
«Amárrate más que nunca, a la belleza y a la vida»
Teresa Ekobo
El libro AmárRamé comienza así:
«Dicen que a cada uno le aprieta el zapato por algún lado, y yo diría que lo mismo pasa con la vida. Llena de cosas maravillosas, siempre hay algunas partes que aprietan o duelen más que otras. Este libro AmárRamé es una entrada vip para vivir una experiencia única en la habitación interior del alma de su joven autora, Nerea Lorenzo. Un viaje donde el amor y la capacidad de comunicar con las palabras, brotan con la belleza, los ritmos y rimas de la poesía pero sobre todo, los latidos del corazón de una mujer que en su corta existencia ha luchado contra un gran monstruo.
Las estaciones de este laberíntico mundo de fantasía, realidad, amor y desamor, luchas y confrontaciones con el mundo, la vida, la familia… y sobre todo con uno mismo, muestran una capacidad infinita de agarrarse a lo eterno que hay en cada cosa.
Ahora que todo se comparte de forma virtual, estas poesías comparten contigo lo más íntimo de su autora, surgido a veces de grandes experiencias, otras de pequeños detalles, chorradas o incluso pensamientos. Todos ellos convertidos en pacto, en historia para darle valor a cada uno de ellos, para que perduren en el tiempo y viajen a las vidas de otros.
Querido lector, querida lectora, cada uno de los poemas y versos que vas a disfrutar a continuación son una invitación a tu capacidad de resistencia a pesar de las derrotas, a tu capacidad de emprender a pesar del dolor, a tu capacidad de amar, a pesar de los fracasos.
Que los momentos de calidez del corazón de Nerea Lorenzo te llenen de compromiso contra la mediocridad, de amor por ti y aceptación de tus limitaciones y miedos, pero también te animen a saber que eres libre de amar, soñar, desear y reconocer tus fortalezas y todo lo bueno que te rodea. Resiste ante los monstruos externos e internos.
El libro AmárRamé está dedicado «a mis padres, por darme la vida y luchar por ella. A mi hermana, por llenármela de color. A mi abuela, por estar siempre. A ti, mi amor, por llegar a tiempo. A Irene, por plasmar mi alma. A mis amigos, por estar ahí, por volver. A la vida, por no ponérmelo fácil, por hacerme fuerte, por hacerme especial y diferente». Y finaliza con los agradecimientos en los que destacan los dedicados a sus padres, protagonistas también del ensayo de David Arribas:
«Tengo que dar las gracias por todas las veces que me han salvado, por las que lo hicieron conscientemente y por muchas otras que no imaginan. Muchas veces he querido irme, abandonarme, huir. Me parecía mucho más fácil que enfrentarme a la realidad. Pero ahí estaban ellos, sujetándome, levantándome, queriéndome cuando yo no me quería, queriéndome incluso cuando yo no quería que nadie me quisiera. Son parte de mí. Soy como soy por todos ellos. Creo que cuando quieres a alguien, una parte de tu alma se va con ellos; irme sin más habría sido injusto, les habría robado algo por lo que habían dado muchas veces incluso lo que no tenían, no era justo robarles de esa manera, abandonarles después de darme su posesión más valiosa.
Gracias por anclarme a la vida, por hacerme sentir que hay cosas por las que merece la pena seguir, por enseñarme lo que es importante.
Mamá, gracias por darme la vida, y no me refiero solo al día que rememoramos año tras año. Lo has hecho tantas veces que mi cumpleaños podría ser cualquier día del calendario. No hay palabras en ningún idioma que puedan expresar lo agradecida que estoy. Solo espero poder en algún momento poder hacer la milésima parte de lo que has hecho por mí.
Papá, gracias por enseñarme a esforzarme, por enseñarme a ser persistente, por filosofar conmigo. Por abrazarme cuando no tenías palabras. Papá, gracias, sobre todo por querer y por volver.
Ainhoa, gracias. Gracias por todo. Por ser mí amiga, mi confidente. Por tus intentos desesperados por curarme. Por hacerme reír siempre. Por escuchar sin juzgar… qué puedo decir, tata… simplemente gracias por haber llegado.
Abuela, gracias por ser la mejor abuela del mundo. Por contarme historias, por escucharme. Por tu fortaleza, abu, eso me lo llevo conmigo.
Gracias también a todos los que me habéis acompañado por el camino. A todos los que me habéis ayudado, enseñado, apoyado, hecho crecer, reflexionar, estado ahí… Amigos, compañeros, personal médico… incluso algún desconocido, algún amarillo como dice Albert Espinosa.
Gracias a todos por todo».