Tras estudiar toda la obra de Diego Burgos, el comisario de la exposición Gustavo Bravo ha conceptualizado el universo del autor como «una exploración social que provoca encuentros fortuitos y fugaces en los que los gestos, miradas e instantes conforman una suerte de alaridos que en realidad desvelan una profunda búsqueda interior».

«Ahora que se cumplen 45 años de la edición del ensayo ‘Mirror and Windows‘ (espejos y ventanas) del fotógrafo e historiador John Szarkowski, contamos con la perspectiva suficiente para reflexionar sobre si realmente existe aún esa dicotomía entre imágenes que responden a una exploración exterior e imágenes que propician la autoexpresión», sentencia Bravo.

«Los retratos, bodegones y espacios urbanos que secuencian el trabajo de Diego Burgos suponen un verdadero desafío de distancia y perspectiva entre el propio acto fotográfico y la emoción que produce a quien se asoma a la obra final. ¿Son ventanas o son espejos?».

«La cámara se utiliza aquí como un portal bizarro cargado de realidad entre la vida que se sitúa delante y la que descansa tras el visor. Dejando que por un instante todo se mezcle en una sola imagen membrana enmarcada por sí misma. Tan líquida y azarosa como la propia tinta que la conforma», explica el comisario de la exposición que podrá verse en la Sala Amárica hasta el 19 de noviembre de 2023.