El autor de la exposición, Endika Diaz, es vecino de Amurrio (Álava), localidad ubicada a apenas 15 kilómetros del Puerto de Orduña (Bizkaia) un punto negro vial y entre sus muchos tramos destaca la conocida como ‘La Curva de los Gallegos’.
Como cuenta el fotógrafo, este lugar recibe su sobrenombre por el suceso acontecido el 24 de julio de 1962, cuando el microbús que transportaba a la Orquesta Compostela al concierto que ésta iba a dar en la Casa de Galicia de Bilbao, se salió de la carretera en la primera curva del Puerto de Orduña y cayó por el acantilado doscientos metros al vacío, cobrándose la vida de cuatro de sus integrantes.
Endika Diaz, testigo de la niebla densa que siempre baña el Puerto de Orduña y conocedor de que ésta fue el principal causante de dicha tragedia, titula así su trabajo: ‘Arde la Niebla’, un proyecto que documenta dicho espacio, los restos del accidente que aún permanecen en el lugar y los lugares aledaños.
‘Arde la niebla’, de Endika Diaz’ es un trabajo fotográfico que habla de la memoria, del duelo, del miedo, de la energía de los espacios y de la carretera como metáfora de la vida.
Un proyecto en el que dos pueblos, el vasco y el gallego, se encuentran por accidente, como aquellos días de 1962.
Un ensayo en el que el autor consigue enfrentarse, por fin, a uno de sus mayores temores: la carretera y los accidentes de tráfico.
Esta exposición rinde homenaje a los cuatro fallecidos en este lugar Juan Fernández Barros, Paulino Prado, José Casal Brea y Jesús Sánchez Picón, miembros de la Orquesta Compostela fallecidos en el accidente.