Gerda Taro

Gerda Taro (1910-1937) fue la creadora de la figura de ‘Robert Capa‘ y la primera mujer fotoperiodista en inmortalizar un frente de guerra. También fue la primera en morir fotografiando un combate.

Taro y Andrei Friedmann (nombre de pila de Capa) fueron pioneros en la forma y el modo de hacer reporterismo de guerra y, aunque la obra y la vida de Gerda Taro han quedado ‘absorbidas’ por el personaje que juntos crearon (Robert Capa), su valor y su audacia merecen tener un espacio propio en la Historia de la Fotografía.

Su principal trabajo tuvo lugar cubriendo la Guerra Civil española y llegó a publicar sus fotografías en revistas y diarios franceses como la primera mujer reportera de guerra profesional de la Historia.

Las claves

Aunque su obra se centra en apenas unos pocos años de fotografías, fue testigo clave de los principales episodios de la Guerra Civil española y su arriesgada forma de trabajar produjo imágenes con puntos de vista inéditos hasta la fecha.

 

Fotografía de guerrilla

Durante las guerras anteriores a la española, las fotografías se tomadas en grandes cámaras de placas sostenidas por trípodes, lo que obligaba a captar instantes desde la distancia, normalemente al final de las batallas.

 

Pequeñas cámaras, grandes fotos

Capa y Taro fueron de los primeros en tomarse en serio las primeras cámaras de 35mm, más portátiles y con más disparos por carrete que las versiones de medio formato. Renunciando a la calidad de reproducción por una mayor movilidad, puediron acompañar a los soldados en el frente, lo que les permitió captar las imágenes impactantes que les hicieron famosos.

Menos formación, más intuición

Taro no recibió una gran formación en fotografía, por lo que en lugar de hacer lo que se supone que había que hacer, optó por hacer lo que ella creía que era interesantes y diferente. Por ello, tanto ella como Capa improvisaron e inventaron sobre la marcha el fotoperiodismo moderno, donde el punto de vista y sensación de lugar fueron totalmente innovadores.

SIN MIRAMIENTOS

Las fotografías de Gerda Taro son muy duras. Los son incluso hoy, por lo que se les presupone aún mayor crudeza en su época. Algunas de esas fotografías muestran la tragedia de la guerra desde apenas unos centímetros, lo que despertó y aún despierta conciencias.

 

 

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Biografía de Gerda Taro

Primeros años

Gerda Pohorylle (Gerda Taro) nació en Stuttgart, Alemania, el 1 de agosto de 1910. Sus padres eran de ascendencia polaca, por lo que ella tenía la doble nacionalidad.

Se crió en la ciudad alemana de Leipzig, moderna y burguesa. Fue una alumna excelente, a la que se le daban muy bien los idiomas.

Durante su adolescencia experimentó con los chicos, el maquillaje, los cigarrillos, la danza y el deporte. Y en el club de tenis al que acudía, con 17 años, conoció a su primer amor, con quien a los meses ya quería casarse.

Sus padres, que no estaban a favor, le enviaron a un internado a 1.000 kilómetros de distancia, en Ginebra (Suiza). Allí aprendió a hablar francés.

Seis años después, en enero 1933, cuando tenía 23 años y vivía de nuevo en Leipzig (Alemania), Hitler ganó las elecciones. Mes y medio después de alzarse Hitler con el poder, los nazis la detuvieron y encarcelaron acusada de repartir panfletos antifascistas, aunque al parecer la razón de su detención era otra. Los nazis buscaban a sus hermanos y al detenerla a ella pensaban que ellos se entregarían, algo que nunca ocurrió.

Cuenta una compañera de celda que el padre de Gerda fue su ángel de la guarda en prisión, ya que le llevaba cigarrillos para que pudiera ganarse el favor del resto de presas.

Gracias a los cigarrillos y a su forma de ser y conocimientos, se hizo muy popular en la cárcel. Les enseñaba idiomas, les enseñaba canciones en inglés… Incluso inventó un sistema de golpes para comunicarse con otras reclusas a través de las celdas: el primer método de comunicación utilizado en el ala femenina de aquella prisión.

Mediante la intercesión de la embajada de Polonia, los nazis, que aunque en esa época ya estaban enviando a los judíos a los campos de concentración, querían «guardar las formas» internacionalmente, la dejaron en libertad.

Gerda Taro llega a Francia

Al salir de la cárcel emigró a París con una amiga: Ruth Cerf.

Era el final del verano de 1933 y tenía 23 años.

Allí trabajó como mecanógrafa y niñera y su amiga, como secretaria y modelo para varios fotógrafos.

Un año después, en septiembre de 1934, a los 24 años, conoció a Andrei Friedmann (Capa, antes de llamarse Capa), que trabajaba de fotógrafo en lo que podía, gracias a la ayuda de un amigo: André Kertész.

El azar hizo que Capa, que a sus 21 años buscaba modelo para un anuncio de seguros que le había encargado su jefe en la agencia fotográfica Dephot, se fijase en su amiga Ruth, ojeando un catálogo.

Ruth, insegura de acudir sola a la cita con Capa por su aspecto agitanado, pidió a Gerda que le acompañara a la sesión de fotos. Y así fue como se conocieron.

Poco menos de un año después, en verano de 1935, cuando ella tenía 25 años y él 22, empezaron a salir juntos.

En otoño ella, a quien Capa enseñó lo que sabía de foto, consiguió un trabajo fijo en la agencia Alliance, donde durante un año destacó sobre el resto de empleados: era trilingüe, redactaba los pies de foto, negociaba con los clientes de todo el mundo… y, mientras, perfecciona su técnica de revelado fotográfico.

Comenzaron a vivir juntos. Les iba bien económicamente y decidieron vestir mejor e inventar el personaje de Robert Capa como técnica de marketing para dar el salto internacional. Andrei Friedmann abandonaría su nombre (era difícil de pronunciar en otros país, había otro Friedmann fotógrafo en París, y querían vender la figura de un famoso fotógrafo aventurero americano al que todo el mundo quería contratar y nadie conseguía) y pasaría a llamarse Robert Capa.

Ella, por su parte, también decidió cambiar su nombre: deja de ser Gerda Pohorylle y pasa a llamarse Gerda Taro, en honor al pintor callejero japonés Taro Okamoto, que triunfaba en aquella época en París.

Gerda Taro con un perro en un café. París. 1936

«Mi nombre es Taro. Gerda Taro»

Fernando Olmeda escribió: 

«También Gerta Pohorylle adopta una nueva identidad. No es un juego inocente, como ninguno de los suyos. ¿En qué o quien se inspira «Gerda Taro»? La pronunciación del nombre completo suena muy parecido a Greta Garbo». Las mismas sílabas, las mismas vocales, la misma musicalidad… La actriz está en ese momento en la cima del éxito. ¿Quizá se inspiró en Jean y Jerome Tharaud, que han escrito novelas de viaje y obras sobre historia judía y han emigrado a Francia tras la subida de Hitler al poder? ¿O en Taro Okamoto, artista japonés residente en París? ¿Hace referencia a Fornovo di Taro o Borgo Val di Taro, pueblos italianos que quizá conoció durante algunas de sus visitas a Georgia? (…) Sea como fuere, su habilidad camaleónica contribuirá a ocultar definitivamente su origen. Porque ‘Gerda Taro’ también es un pseudónimo apátrida, que difumina su origen, como ‘Robert Capa’.

Estalla la guerra en España

Gerda Taro en el frente de Córdoba. Septiembre 1936. Foto: Robert Capa

Tras estallar la Guerra Civil Española, Gerda, de izquierdas convencida, vivía para una ilusión: poder retratar la victoria republicana.

La revista Vu fletó un avión rumbo a España en el que se embarcó junto a Capa y un amigo fotógrafo común: Chim.

A medio camino, el avión se estrelló, pero no hubo que lamentar víctimas mortales.

Gerda y Capa trabajaron en España en equipo. Ambos tomaban las fotos y las firmaban como el personaje inventado: ‘Capa’.

Tenían dos cámaras: una Rolleiflex (que usaba más ella) y una Leica (que usaba más él), si bien nunca ha quedado del todo claro, al firmar ambos con el mismo alias.

En febrero de 1937, cuando ella tenía 27 años y él 24, viajaron juntos a Andalucía.

Allí empezaron a firmar como ‘Capa y Taro’ y se distanciaron.

Al parecer, él le pidió matrimonio y ella no quiso, pues quería seguir siendo una mujer «libre». En aquella época, en el código civil de Francia (y otros países) figuraba que “la esposa debe respetar obedecer al marido”, y ella tenía otra mentalidad.

Entre marzo y abril hicieron varios viajes a París, volviendo frecuentemente a España.

Y a finales de mayo, pasaron un tiempo juntos en Valencia, pero Capa la deja sola para ir al frente de Bilbao.

Fue entonces, en mayo de 1937, cuando abandonó por completo la figura de Capa y empezó a firmar sus fotografías como ‘Gerda Taro’.

Las dos siguientes fotografías, que han salido a la luz en febrero de 2018, muestran a Gerda y a Capa cubriendo un mismo hecho el 12 de junio de 1937.

Las publicaciones Regards y Ce Soir publicaban reportajes de Gerda Taro de manera habitual como ‘enviada especial’.

Un mes después, a finales de junio del 37, se despidieron. Capa volvió a París para vender sus fotos y para preparar un viaje a China, al que Gerda también tenía intención de ir.

Pasado otro mes más, el 9 de julio de 1937, a petición de la revista Ce soir, Gerda viajó a Madrid para cubrir un congreso de la Asociación Internacional de Escritores, pero aprovechó el viaje para quedarse unos días más. Quería volver al frente de guerra.

Dos semanas después, la tarde del 24 de julio, en el frente, cuentan los supervivientes republicanos que mientras los nazis les bombardeaban desde los aviones Stuka, y las tropas huían, ella les gritaba exigiendo que volvieran a la lucha. Gerda había perdido el miedo a morir y sus convicciones políticas habían llegado a su punto álgido.

Fotografías de Gerda Taro de la Guerra Civil Española

Algunas de las imágenes captadas junto con Capa pero que hoy se saben que fueron tomadas por Gerda Taro.

 

El accidente de Brunete

LA TRÁGICA MUERTE DE GERDA TARO

Un día después, el 25 de julio, en Brunete, en un bombardeo de la legión Cóndor, las tropas republicanas comenzaron una retirada hacia la capital y Gerda huía con ellos.

En aquella retirada, tuvo lugar un fatal accidente que la dejó gravemente herida.

Un carro de combate republicano chocó contra el vehículo en el que ella iba.
La trasladaron al Hospital de El Goloso, en El Pardo y tras una noche de agonía, falleció al amanecer del 26 de julio de 1937, no sin antes preguntar por sus cámaras, que «eran nuevas», y en las que se dice que guardaba el mejor trabajo hasta la fecha, aunque nunca se recuperaron.

Nada más fallecer, y dado que no llevaba consigo su pasaporte y sin ser reconocida su destino sería una fosa común, desde el hospital llamaron a Rafael Alberti y a su mujer, María Teresa, dirigentes de la Alianza de Intelectuales Antifascistas en Madrid, para ver si podían reconocerla para que pudiera recibir una sepultura digna. Alberti y su mujer trasladaron su cadáver hasta Madrid en un improvisado ataúd de madera.

El 28 de julio de 1937, dos días después, la revista Ce soir para la que trabajaba le dedicó su primera página con el titular “Nuestra reportera, la señorita Taro, ha muerto cerca de Brunete, donde estaba cubriendo la batalla”.

«¡Quién lo hubiera podido imaginar, Dios mío!»

Rafael Alberti escribió:

«Cuando nos pasaron a un cuarto vacío de la planta baja, vimos -¡quién lo hubiera podido imaginar, Dios mío!- a Gerda Taro, la compañera de Robert Capa, aquella linda muchacha que se creía intocable, lo mismo que nosotros pensábamos de ella.

«Llegó aquí destrozada -nos dijo, creo, un enfermero- pero aún con vida. Sin anestesia, pues no la teníamos, tuvimos que operarla.

Ya no podía hablar. Hizo ademán de pedir un cigarrillo, y mordiéndolo rabiosamente murió en la operación».

Noticia publicada sobre la muerte de Gerda Taro

MUERTE ANUNCIADA EN LA PRENSA FRANCESA

El peródico francés Ce soir se hizo eco de la noticia sobre la muerte de su reportera Gerda Taro en un accedente durante la Batalla de Brunete. En la noticia puede leerse:

«Murió en un accidente cuando un tanque republicano se estampó contra ella (ella iba en un coche) para salir de la aldea».

Gerda Taro. Foto: Robert Capa

La última foto de Gerda Taro

Según el periodista Fernando Olmeda, ésta es la última fotografía que se conserva de Gerda Taro, tomada por Capa:

«Gerda compra un ramo de lirios. Su último ramo. Su última sonrisa. Capa expresa en esa foto todo el amor que siente por ella. También, seguramente, su admiración. Esa expresión de amor se convertirá en unos días en expresión de luto, como la última imagen a la que suelen aferrarse los familiares de una persona que muere. Clic. Cuando Capa aprieta el disparador de la Leica, no imagina que nunca más la verá comprando lirios”.

La tumba de Gerda Taro

El cuerpo de Gerda Taro está enterrado en París, en el Cementerio de Pere Lachaise.

Durante décadas fue desconocida y nadie reclamó nunca su trabajo.

Su familia murió en el holocausto nazi.

 

Tumba de Gerda Taro en París (2017) Foto: Javier Lobato

Se recuperan 800 negativos de Gerda Taro

En 1995 aparecen, tras 60 años de búsqueda, los negativos perdidos de Gerda Taro, Robert Capa y Chim. En la famosa ‘maleta mexicana’ se descubre realmente a la fotógrafa, su forma de trabajar y cómo se desarrollaron sus últimos años de vida.

El grueso de los negativos son de tres momentos clave de la Guerra Civil española:

Frente de Valencia y Córdoba

Frente de la sierra de Madrid

La batalla de Brunete

La maleta mexicana

En 1995, un visitante a una exposición de fotografías de Robert Capa en Ciudad de México se dio cuenta de que aquellas instantáneas, su estética, su composición (…) se parecían a los de una colección de negativos que una tía suya le había dejado hacía años como parte de una herencia. Los organizadores de la exposición se quedaron atónitos cuando aquel hombre, un cineasta mexicano llamado Benjamin Tarver, les enseñó una muestra (…). Pertenecían a un tesoro que muchos investigadores habían estado buscando durante sesenta años: más de 4.500 negativos de fotografías de la Guerra Civil española hechas por Robert Capa, su compañera Gerda Taro y el fotógrafo David Seymour, ‘Chim’. (…)

En 2007 Tarver entregó la totalidad de los negativos a la Fundación de los tres fotógrafos, entonces presidida por Cornell Capa, quien poco antes de morir pudo ver cumplido el sueño de contemplar la tan buscada obra de su hermano. (…)

La editorial La Fábrica publicó la totalidad de estas fotografías en ‘La maleta mexicana. Las fotografías redescubiertas de la Guerra Civil española de Robert Capa, Chim y Gerda Taro’, dos volúmenes que recogen también artículos y comentarios de historiadores. (…)

En 2011 se estrenó el documental ‘La maleta mexicana’, de Trisha Ziff, realizadora británica afincada en México. (…) En el documental se cuenta todo el proceso del rescate de las fotografías y se aborda también el apoyo de este país a la República española durante la guerra civil.

Los 4.500 negativos cubren todo el desarrollo de la Guerra Civil española y además son un testimonio impagable de la metodología profesional de los primeros reporteros de guerra. (…)

Una parte de las fotografías de ‘la maleta mexicana’ habían sido publicadas en conocidas revistas de aquellos años (…) pero de sus negativos nunca más se supo. La única frustración de los investigadores fue la de constatar que tampoco en la ‘maleta mexicana’ estaba el negativo de la famosa fotografía de Capa del miliciano herido en Cerro Muriano. (…)

Unas ochocientas fueron hechas por Gerda Taro, que estuvo en los frentes de Valencia y Córdoba, en la sierra de Madrid y en la batalla de Brunete. Suyas son las fotos de la ciudad de Madrid sitiada (entre ellas la de la estatua de Cibeles fotificada para protegerla de los bombardeos). (…)

En la maleta también había fotos inéditas de personajes conocidos: posiblemente las últimas de Federico García Lorca, otras nunca publicadas de la Pasionaria, de Líster con Hemingway y con Malraux, de Largo Caballero, de Ilya Ehrenburg, de Alberti y María Teresa León, de Companys…

Texto de Francisco Rodríguez Pastoriza, periodista y profesor de fotografía

Periodista y profesor de Fotografía

Fotografía hallada por John Kiszely que podría ser del cuerpo de Gerda Taro
Autor desconocido

¿La última fotografía en la que aparece Gerda Taro?

El 16 de enero de 2018, un veterano exsoldado llamado John Kiszely publicó en la red social Twitter una foto en la que muestra a su padre en 1937, cuando era un joven médico, atendiendo a una mujer herida:

Nada más ver esta foto, el comunity manager de una cuenta de Twitter de temática bélica le dijo que podía tratarse de Gerda Taro.

Y rápidamente el veterano le respondió que en el reverso de la foto efectivamente ponía «Señora de Frank Capa»

Dos días después, el 18 de enero, otra usuaria de Twitter interesada en saber si realmente podría tratarse de una foto de los últimos instantes de vida de Gerda, le pidió al veterano si podía publicar una foto del reverso de la fotografía.

Y él así lo hizo:

En el reverso se puede leer «Frente Brunete junio 37 (En Torrelodones)».

Gerda falleció un mes después: el 26 de julio de ese año. Tal vez, podría tratarse de un error al escribir una N en vez de una L o simplemente al creer que la foto fue tomada en junio, cuando realmente fue tomada el 26 de julio.
Debajo parece poner «Mrs Frank Capa, Killed at Brunete (La Sra de Frank Capa muerta en Brunete) o Frau (señora) en vez de Frank.

Nadie en esta red social duda de la veracidad de esta foto, que podría ser la última foto que se le hizo a Gerda.

Calle de Gerda Taro

En Pozuelo de Alarcón, Madrid, hay una calle con el nombre de Gerda Taro.

Gerda Taro a color

«Gerda Taro junto a tres mujeres cordobesas. Agosto-septiembre de 1936. Córdoba. La foto la hizo, sin lugar a dudas, Robert Capa. Capa y Taro estaban juntos en esa época y fueron testigos del éxodo de la población, huyendo en Cerro Muriano. Era el 5 de septiembre».

«¿Esta foto es anterior o posterior? ¿Es Córdoba capital o la zona de Cerro Muriano? ¿Las mujeres son milicianas o es un posado? ¿Qué les hace reír tanto? De lo que no cabe duda es de que esta también es la mujer cordobesa y comparte espacio con la mujer morena de Julio Romero», escribió Navarrete en Twitter.

Si bien no existen fotos hechas por ella ni en las que aparezca ella en color, el artista sevillano Rafael Navarrete ha coloreado una tomada por Robert Capa en agosto o septiembre 1936 en Córdoba en la que Gerda Taro posa sonriente junto a tres milicianas.

Navarrete publicó la imagen el 21 de febrero de 2021 provocando la sorpresa general y convirtiéndose rápidamente en noticia.

Navarrete es conocido por colorear fotografías antiguas, que pueden verse en su página web ‘La historia, a color’.