Tono Arias acerca sus proyectos documentales de lo rural y la tienda de fotolibros Dispara PhotoBooks

Tono Arias impartirá una ponencia el sábado 10 de junio por la tarde en la que explicará sus proyectos documentales en el entorno rural gallego.

Además, revisará los trabajos de los asistentes al simposio que deseen conocer su opinión sobre los proyectos que tienen entre manos.

Tono Arias, décadas como profesional

Tono Arias se convirtió en fotógrafo profesional a los 17 años de una manera muy curiosa. Iba en el ascensor, cuando alguien comentó que el fotógrafo de El Faro de Ourense se iba. Al oírlo, fue directo al periódico y al día siguiente ya estaba trabajando allí. Le encargaron realizar tres fotos en tres barrios periféricos de Ourense y le pagaron 300 pesetas por cada fotografía publicada, «así que mi primer día de fotógrafo cobré 900 pesetas», le cuenta risueño al periodista, fotógrafo y profesor de fotografía Gustavo Bravo en una entrevista en la plataforma educativa La Tercera de FotoKalea, antesala del metaverso de la fotografía ‘Jardín Remoto’.

Tras El Faro de Ourense, Tono Arias trabajó durante tres años en El Correo Gallego, pero el trabajo en la prensa analógica de aquella época era agotador, al tener que quedarse revelando hasta la medianoche para que las fotos pudieran ser publicadas en el periódico del día siguiente.

Se cansó y lo dejó para formar, junto a tres socios, una empresa de fotografía comercial aprovechando que comenzaba el Xacobeo de 1993 «y pensamos que era un buen negocio».

Luego se mudó a La Estrada, cerca de Santiago y abrió otra empresa de fotografía comercial dedicada a la fotografía industrial y a la publicidad a lo grande, donde hacía fotografía de ambientes, de muebles… que cerró con la crisis en 2008. Y allí, en La Estrada, ideó ‘Dispara’, la fotolibrería más famosa de toda España.  

«Compré un local y monté una librería y espacio cultural donde hacer exposiciones, talleres, presentaciones de libros, jornadas de fotografía contemporánea e incluso teatro». Pese a ser una zona poco poblada –La Estrada tiene 2.000 vecinos, que suman 20.000 en la comarca-, Dispara funciona gracias a Internet. «Me empezaron a interesar los libros y me enganché. Tengo 1.500 libros en el catálogo».

Porque, además de las fotografías que realizaba por encargo, Tono Arias siempre ha hecho sus propias fotos y llevaba un tiempo haciéndolas aún con más intención.

«Trabajo en Dispara de lunes a sábado y dedico los domingos a mi fotografía y los domingos es cuando se celebran el carnaval, las romerías, la Rapa das Bestas… Por eso hago estas fotos», le cuenta a Gustavo Bravo.

Corría el año 2006 y Tono Arias empezó a ir todos los domingos al monte, que es donde es más feliz y disfruta de su experiencia personal de subir, comer allí, cansarse, regresar manchado de polvo… «Ahí es donde disfruto de la fotografía que me interesa».

Aunque antes ya había ido a las Rapas das Bestas, al ser fotógrafo de prensa, ahora lo hacía continuamente, levantándose todos los domingos a las seis de la mañana, para llegar antes de que las cosas empezasen a pasar y quedarse hasta el final, para «captar esos momentos en los que dejan de pasar las cosas».

"Me interesa más la fotografía que el tema. Me interesan las imágenes que puedan tener distintos significados"

-Tono Arias

Sorpresa y enigma

Tono Arias hace «fotos que hablan de Galicia y de cómo somos, con una perspectiva desde aquí. También me interesa todo lo que ocurre en la periferia. Me interesa más la fotografía que el tema. Intento universalizar lo local. Me interesan las imágenes que puedan tener distintos significados. Que el lector pueda encontrar otra cosa distinta a lo que muestra la imagen y que distintos espectadores puedan encontrar distintos significados. Me interesa que el lector imagine cosas. Me gustan las fotos que tengan enigma y no dejen claro lo que está pasando. Me interesan los momentos que no son los decisivos, los que generan incertidumbre, que es donde yo me siento cómodo. Las imágenes que no te esperas. Es hablar de Galicia. Ésos somos nosotros».

Su rutina consiste en acudir a esos montes en los que tienen lugar las Rapas das Bestas y «brujulear y pasar desapercibido buscando las imágenes. A la gente le extraña que fotografíe un toldo, unos hielos…», bromea. «Intento pasar desapercibido, hasta que no hay alternativa. Te ven haciendo fotos pero no terminas de conectar con esas personas porque no comes con ellos, etc. Cambia mucho cuando conoces a la gente, porque su actitud ante la cámara no es la misma y no sirve: te sonríen, te hacen señas…» por eso recorre Galicia entera.

Y cada domingo lleva una cámara diferente. «Hago unas fotos u otras dependiendo de qué cámara utilice: un día llevo una 35mm con carrete, otro día una digital, otro día una de formato medio… Voy alternando porque el objeto con el que trabajo me hace responder de una manera o de otra ante las imágenes. Hago unas imágenes u otras en función de la herramienta que utilice».

Con esas fotos realiza una selección y crea maquetas. «Las imágenes se van descartando por sí solas porque no funcionan por la secuenciación o por la imagen o porque es más urbana que rural… Y así nació su fotolibro autoeditado ‘Raza’, donde Tono Arias es dos fotógrafos. «Las imágenes del evento en sí, las más intensas y donde hay más ‘violencia’ no se pueden afrontar desde la lejanía. Trabajo con un 50mm. Aquí soy otro fotógrafo que cuenta una historia paralela», le confiesa Tono Arias a Gustavo Bravo. «He trabajado con 35 o 28 pero, siempre recorto y me voy al 50 mm. Dejo muy poco aire, apenas se ve lo que ocurre allí y cuando hay un plano un poco abierto, lo pongo a doble página cortado a la mitad para que te sientas dentro y notes hasta el olor».

Y el libro son dos libros, con papeles de diferentes gramajes. «Escogió papel offset porque las fotos pierden contraste y quedan más suaves, como más orgánico y más en contacto con el papel (el papel estucado brillante te aísla más de las imágenes). Y el uso del papel delicado es para que las páginas pasen más rápido como si fuera una película. Hay imágenes horizontales cortadas a la mitad en ambas páginas. Muchos lectores no lo descubren hasta una segunda lectura, realizada de atrás hacia delante y la parte central está pensaba como una montaña. Se sube y se baja. Disfruté mucho del trabajo de secuenciación del libro», asegura.

Además del fotolibro, para su proyecto ‘Raza’ Tono Arias realizó un vídeo y una exposición. «Para mí el fotolibro es el soporte ideal para la fotografía: por todos los formatos y posibilidades de mostrarte ahí y por las posibilidades de distribución: pueden verlo personas de todo el mundo ya que se puede enviar. Con respecto a la exposición, cada espacio requiere una toma de decisiones diferente. En mi caso hubo fotos que no funcionaron en el libro y sí en la exposición. Yo las pegué sólo por la parte superior a modo de collage entre el ser humano y el caballo. El caballo funciona en manada y el ser humano también: hay muy pocas individualidades».

En la actualidad Tono Arias dirige Dispara, una de las tiendas de fotolibros más famosas de toda España, en la que vende sus libros y otros miles más, entre los que hay fotolibros descatalogados y verdaderas joyas, algunas de los cuales traerá a ‘Jardín Remoto Experience’ del viernes 9 al domingo 11 de junio. Además, Tono Arias impartirá una ponencia en la que desgranará sus trabajos personales y revisará los proyectos fotográficos de los asistentes que quieran recibir el consejo de este gran fotógrafo y conocedor de fotolibros.

Las imágenes de Jardín Remoto tienen una

finalidad informativa y divulgativa.

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